«Sicario a sueldo, cobramos y vengamos». «Sicario a sueldo, véngate de esa persona». «Sicario, lo sacamos de tu vida, del todo». Con estos y otros reclamos similares, una empresa teóricamente ubicada en el barrio zaragozano de Peñaflor se está publicitando en los últimos días en la página web de compraventas por internet milanuncios.com. Los reclamos son sistemáticamente borrados, bien sea por la propia página o por avisos de otros usuarios ante el contenido inadecuado. La Policía Nacional ya está sobre aviso y la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT) indagará si hay algo de verdad detrás de ellos o se trata de una broma, que en cualquier caso podría llegar a constituir algún tipo de delito, según fuentes jurídicas consultadas.

Bajo los citados títulos, con textos más o menos elaborados en categorías tan variadas como «trueque», «psicólogos» e incluso «videntes», los anunciantes, con una ilustración de una pistola, se definen como «un grupo profesional con años de experiencia», que se ofrecen a hacer «desaparecer o asesinar» a cualquier «molestia» o «basura humana», para lo cual apenas necesitan una fotografía y unos datos básicos, según exponen en la publicidad.

Para ello aportan un contacto, «Servicios sarta», que dirige a un formulario, con lo que no se puede conocer el correo electrónico o el teléfono, como sucede en otros anuncios de carácter legal.

El anuncio lleva repitiéndose en los últimos días, y ha llegado a haber hasta cuatro versiones distintas colgadas a la vez, en pocas horas, según pudo constatar este diario. Nada permite afirmar que los «profesionales» estén realmente poniendo los anuncios desde Zaragoza o alrededores, ya que la ubicación es fácilmente manipulable.

Además del hecho en sí, llama la atención los «precios económicos» que ofrecen estos sicarios tecnológicos, de apenas 50 euros según los anuncios. Es de suponer que el precio sería negociable si algún incauto delincuente quisiera contratarles, pero ni la forma de publicación ni el precio parecen muy acordes con la «profesionalidad» de la que presumen en su publicidad.

Según explicaron fuentes policiales, las investigaciones de identidad y ubicación en la red no son sencillas, pero en este caso tampoco parece que vaya a ser muy complicado determinar quién está detrás de estas publicaciones, o al menos desde dónde se han efectuado.

En el portal de anuncios, aparte de su función originaria, también se encuentran algunos que piden ayuda para solucionar «asuntos turbios» (sic) e incluso que los usan para calumniar a vecinos de algunos pueblos aragoneses, indicando incluso su número de teléfono.