La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer el tradicional timo del nazareno, una estafa tradicional cuyas víctimas suelen ser empresas proveedoras que suministran productos que sean fáciles de revender en el mercado negro, como pequeños electrodomésticos o bebidas alcohólicas. En este caso fueron manzanas y nada menos que por valor de 84.860 euros que no pagó a un fruticultor oscense. La víctima, un vetereno empresario del sector afincado en la provincia de Huesca, aseguró a los magistrados que «hasta hizo comprobaciones sobre el cliente que le había comprado su producción». Y es que para dar apariencia de credibilidad, Salvatore D, supuestamente, creó una empresa pantalla para hacer de intermediario de otra que era, al parecer, la destinataria final, pero que, en realidad, no suscribió contrato alguno. Según el denunciante, que pidió una condena de 5 años de prisión, el procesado, un siciliano, llegó a hacerse pasar por un importante empresario de la fruta italiano. Sospechó de que algo estaba pasando cuando vio que el dinero del contrato no llegaba nunca y el procesado, al parecer, le daba largas para evitarlo.

A ello se sumó que varios clientes habituales suyos en España le advirtieron que estaban comprando sus manzanas en Mercabarna. Hecho que llevó a este fruticultor oscense a interponer una denuncia ante la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Los agentes que lo investigarones señalaron ayer que estaban «ante un caso claro del timo del nazareno». «Observamos que el procesado llegó a crear una web falsa en la que copió logotipos y robó fotografías de oficinas de otras empresas para dar apariencia de que el cliente era buena», apuntó uno de los policías.

Pero el acusado no solo no pagó los más 84.000 euros en manzanas, sino que los revendió a otros intermediarios para sacar dinero. Uno de ellos reconoció que, al descubrir el timo, intentó retrasar el pago hasta que «alguien le envió dos sicarios, pero el hecho de ser padre». Todo ello lo negó el acusado.