Siete personas han sido detenidas este mes en Valdejalón por violar los derechos de los trabajadores, al ofrecer a ciudadanos extranjeros falsos empleos en el sector agrícola, por lo que les cobraban abusivamente cientos de euros. Tres de los sospechosos fueron arrestados en Ricla y cuatro, en Lumpiaque.

Los detenidos se valían del desconocimiento de sus víctimas de la lengua española y de la normativa vigente para ofrecer un trabajo que nunca llegaron a obtener, según informó ayer la Guardia Civil.

Las tres primeras detenciones se produjeron en Ricla, tras presentar una denuncia ante la Guardia Civil un grupo de ciudadanos rumanos y marroquís, que se sintieron víctimas de un engaño en el ámbito laboral al no conseguir empleo.

Los denunciantes, que dormían en una vivienda junto a otras 70 personas en condiciones de hacinamiento, explicaron a los agentes que debían abonar 100 euros mensuales en concepto de alquiler de una vivienda en Ricla, otros 100 por gestionar el certificado de residencia temporal y 100 más por la contratación laboral.

La Guardia Civil de La Almunia de Doña Godina constató que tres rumanos, de entre 44 y 26 años, se dedicaban presuntamente a traer a España a compatriotas a los que ofrecían trabajo en condiciones engañosas, por lo que fueron detenidos.

INSALUBRIDAD

En la localidad de Lumpiaque, el pasado día 12, fueron detenidos otras cuatro personas, tras denunciar nueve extranjeros su situación al no lograr un empleo y residir en un inmueble que no reunía las mínimas condiciones de salubridad y estaba en proceso su desalojo.

Al igual que los otros, habían abonado 100 euros por los trámites laborales y pagado otros 70 euros en concepto de alquiler, a la vez que tenían que entregar un porcentaje por hora trabajada.

Los cuatro detenidos en Lumpiaque, tres hombres y una mujer (dos de ellos españoles), tienen entre 59 y 31 años, y han sido acusados de ser los presuntos autores de un delito contra el derecho de los trabajadores.

Con la proximidad del verano, las fuerzas de seguridad han extremado la vigilancia en las zonas frutícolas de Aragón, al objeto de descubrir supuestas situaciones de explotación.

En esta época del año se multiplican las contrataciones de temporeros, pero la mayoría se realiza por los cauces establecidos por la patronal y los sindicatos, con preferencia a los contactos en origen.

De esta forma se evita que los pueblos se vean invadidos por inmigrantes que se presentan a la aventura, en busca de puestos de trabajo en la agricultura que les permitan ganar dinero para ir tirando.