María --no es su nombre real para mantener el anonimato-- tiene 65 años. Lleva desde mayo del 2013 esperando a que le operen de su rodilla derecha. Hace año y medio que acudió a las urgencias del hospital Miguel Servet por un problema en su articulación. "La tenía inflamada, me dolía al andar y comenzaba a tener dificultades para moverme", explicaba.

Inicialmente le extrajeron líquido de la zona para rebajar la hinchazón y aliviar así las molestias. Una medida temporal que ha acabado siendo una rutina porque, hasta que le toque el turno para ser operada, acude con cierta frecuencia al centro hospitalario para que realicen la misma acción e ir aliviando un dolor que se agudiza y suaviza a rachas.

El primer día que acudió a Urgencias en busca de una solución le diagnosticaron un problema en el menisco. La cura pasaría por la implantación de una prótesis. En mayo, incluso procedieron a realizarle las pruebas propias del preoperatorio que ya se ha caducado. Desde entonces está esperando a que le citen para la intervención, hace ya casi siete meses. Así que, mientras, resiste con el "parche" de la extracción del líquido.

Su hija --que también prefiere no desvelar su nombre-- lamenta que está perdiendo calidad de vida. "Antes cuidaba de mis hijos cuando no tenían colegio, ahora ya no puede hacerlo. Ha dejado de pasear con la frecuencia de antes y su movilidad se ha visto muy reducida". Incluso, "ha tenido que contratar a una persona para que realice las tareas del hogar".

Según la madre de María, el médico aseguró que "una persona tan joven no puede estar tan limitada", pero la lista de espera es la que manda y "la falta de personal conlleva estas situaciones". Lo que tienen claro ambas, madre e hija, es que quieren que la operación se realice en la sanidad pública. El Gobierno de Aragón anunció que destinará 1,8 millones de euros para derivar a centros privados pacientes para descongestionar las listas de espera. Aunque María sea una de ellas, "rechazaremos la intervención", señaló. "Preferimos que la operación sea en la sanidad pública". Después de tanto tiempo, dicen, consideran que pueden exigir este mínimo sin entrar a valorar que la atención sea mejor o peor en un lado u otro.