El exmiembro de los GRAPO Fernando Silva Sande, condenado por el secuestro de Publio Cordón, se enfrentó ayer, por segundo día consecutivo, denominado test de la verdad para tratar de averiguar dónde se encuentra el cuerpo del empresario, que él mismo confesó haber enterrado en un paraje del Mont-Ventoux, en el sureste de Francia.

Sande fue trasladado ayer, poco antes de la una de la tarde, al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), en Zaragoza, donde se le practicó la prueba P-300, la misma que se le hizo hace meses, sin resultado, al asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño.

El pasado miércoles, este exmiembro de la organización terrorista que secuestró a Cordón en junio de 1995, se mostró colaborador y, al mismo tiempo "muy contenido y autocontrolado", según fuentes de la investigación. Por ejemplo en las cinco horas que duró la prueba no pidió ni una sola vez hacer un descanso.

El test de la verdad al que se somete Sande consiste en dos pruebas, la que ya se le hizo el martes, la N-400, en la que se le mostraron únicamente frases y que duró en torno a cinco horas, y otra la P-300, que se le realizó ayer.

En el último test, se mostraron a Silva Sande imágenes tomadas en el sur de Francia. La diferencia entre las dos pruebas es que la P-300 trabaja con probabilidades, mientras que la N-400 es discriminatoria, es más precisa, y se asemeja más a la máquina de la verdad.

El test se le hace después de que lo haya autorizado el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez, y que Silva Sande, que está en prisión, haya aceptado voluntariamente someterse a la prueba, que paga la familia del empresario.

Las imágenes mostradas ayer hacían referencia a los lugares donde se supone que pudo ser enterrado el empresario. Cabe recordar que la pasada década Sande fue trasladado varias veces al Mont-Ventoux y que se realizaron excavaciones en distintos puntos señalados por él, pero sin ningún resultado.