No logro quitarme de encima la sensación de que los funerales del trasvase del Ebro requerían un ritual más elaborado, en vez de este si te he visto no me acuerdo con el que nos vamos alejando del PHN aznarí. Bueno, nos vamos alejando nosotros, los que estábamos a la contra, porque los otros todavía siguen emperrados en practicar la hidrología salvaje.

Cabía pensar que los aragoneses de pro, los que hemos defendido el Ebro, estaríamos ahora celebrando ceremonias y fiestas fluviales. O que al menos los periodistas de la región organizaríamos homenajes a mayor gloria de un argumento (la amenaza del trasvase) que ha sido un estupendo recurso informativo durante más de treinta años. Pero no. Qué sosos somos.

Por el contrario, el PP (Camps, Valcárcel y Arenas) se ha empeñado en prorrogar el trasvasismo más allá de lo razonable, con lo cual el tema no ha desaparecido de sopetón en nuestras agendas y todavía nos va a dar algo de vidilla. Que precisamente ésta es la segunda parte de la cuestión: la inaudita desvergüenza con la que los especuladores del Mediterráneo y sus agentes políticos del PP insisten en reivindicar derechos extraterritoriales sobre las aguas y los dineros. Tampoco tal matiz es hoy objeto del cuidadoso análisis retrospectivo que merece.

Algunas personas bienpensantes me explican que ahora no conviene a los aragoneses, vencedores de esta nueva batalla del Ebro , regodearse en el triunfo, lo cual levantaría ampollas entre valencianos y murcianos. Aunque yo no lo veo así, porque en esta pugna no se han alineado exclusivamente los territorios, sino también los criterios y pensamientos políticos: la derecha insostenible contra el progresismo ecologista. Por otra parte bien habrá que aclarar unas cuantas cosas respecto a la gestión del agua, pues, si no, seguro que algunos tornan a las andadas a la vuelta de unos años. Estos mendas ya se han cargado el Segura y ahora quieren soplarse el Ebro y luego el Ródano y después... La ministra Narbona ha dado orden de auditar la gestión del agua en Levante. ¡Así se hace! A ver si entre el fiscal de Medio Ambiente y los censores de cuentas nos aclaran quién se bebió el agua de Murcia.