Es evidente que la Navidad es tiempo propicio para la solidaridad. Pero el covid lo complica todo y muchos mercadillos que estos días estarían abiertos en Zaragoza se resignan a la desaparición. Sin embargo, asociaciones como Estrella de la Mañana quieren seguir apelando al espíritu altruista de la ciudadanía, aunque no puedan extender sus telas, sus chalecos y sus adornos en los locales que hasta ahora utilizaban para sus rastrillos. Muchos años pasaron vendiendo artesanía en el Aula de la Naturaleza del parque Labordeta o en el local de la casa de acogida María Rafols en la calle San Miguel.

Los rastrillos cumplen dos funciones que es necesario mimar a pesar de las mascarillas. Por un lado sirven de sustento económico a las entidades que los organizan (entre unas cosas y otras las voluntarias de Estrella de la Mañana calculan que este año dejarán de ingresar hasta 50.000 euros) y por el otro lado son un lugar en el que reciclar, recuperar y valorar enseres, libros o muebles que se acumulan en las casas. La coordinadora de proyectos de esta oenegé que principalmente trabajan con poblaciones desfavorecidas en la India, Alicia Díez, explica que tiene que seguir trabajando en sus programas de desarrollo (financiados en parte por la DPZ) a pesar de las dificultades que encuentran para sus labores de sensibilización, también las que hacen en colegios o en otros espacios.

Artesanía del Tíbet

Estrella de la Mañana tiene su almacén en las altas calles del barrio de La Paz. Allí en cajas de plástico y estanterías clasifican los objetos de artesanía india y tibetana que ponían a la venta en los rastrillos. Ahora lo hacen a través de una tienda virtual en su página de internet y a través de campañas de bonos o tarjetas de felicitación. Con estas últimas (totalmente personalizables) tratan de garantizar el futuro de sus proyectos, como pueda ser la construcción de un depósito de agua en la colonia de refugiados Tibetanos en el sur de la India.

En este caso la actuación consiste en la construcción de un tanque de agua de 100.000 litros de almacenamiento, para garantizar el abastecimiento de agua a las 109 familias que pueblan el campo del asentamiento de refugiados tibetanos de Dougeling.

Actualmente, la comunidad de refugiados enfrenta problemas de escasez de agua. El tanque del que disponen se encuentra en mal estado impidiendo suministrar agua a toda la población. Esta situación obliga a los miembros de la comunidad a depender de fuentes y pozos contaminados que no brindan las condiciones salubres e higiénicas mínimas, poniendo en grave peligro la salud de los desplazados

Irene Domínguez es voluntaria de la entidad. Usa una mascarilla de colorido estampado indio que casa estupendamente con la campaña más exitosa que han desarrollado este año. En la primera fase de la pandemia hicieron un llamamiento a sus colaboradores y socios para que aportaran diez euros con los que financiar la fabricación de más de 37.000 mascarillas que están ayudando a proteger a la población y a evitar la propagación del covid entre la población más vulnerable de la India, en el tercer país del mundo con más porcentaje de infectados. Fueron fabricadas y cosidas principalmente por mujeres, facilitando así el desarrollo de toda la comunidad.

Otras oenegés y asociaciones como Ozanam también se han visto obligadas a renunciara a sus rastrillos. No habrá villancicos mientras se revistan viejos vinilos donados. Ni campañas de recogidas de juguetes a pesar de que las ventanas para ejercer la solidaridad pertinente en estas semanas siguen abiertas. Solo hay que saber buscar.

El almacén de Estrella de la Mañana sigue dispuesto para dar apoyo a su labor, a la espera de nuevas citas con el público. Sus maniquís, sus figuras de Buda. Todo para favorecer el desarrollo de las comunidades más castigadas.