El convenio colectivo que debe regir la labor de los temporeros encargados de la recogida de fruta en la provincia de Huesca logró ayer el visto bueno del sindicato Asaja, que se suma a la propuesta amparada por UGT y CCOO por la que se mejorará el salario mínimo de los trabajadores. Sin embargo, con el objetivo de lograr la unidad de todo el sector, la furma definitiva se retrasará hasta el mes de septiembre a la espera de que UAGA decida «asumir» el texto que se discutió en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA). Para evidenciar este acercamiento en las posturas se decidió además desconvocar la huelga que estaba prevista para la semana que viene.

El nuevo marco laboral para las personas que trabajan en la recogida de fruta saldrá adelante gracias a que en la reunión de ayer los miembros de Asaja asumieran el planteamiento, pues este sindicato ostenta la mayoría de la representación patronal con un 52%.

El convenio colectivo en la provincia de Huesca, que podría entrar en vigor en la próxima campaña, refleja que para calcular el nuevo salario mínimo que le corresponde a los temporeros agrícolas hay que dividir el total anual, que son 12.600 euros, por el número de horas que vienen recogidas en convenio, y que en el caso de la provincia oscense está establecido en 1.760 horas. Esto implica que la hora trabajada por un temporero debería alcanzar los 7,16 euros. En la actualidad en muchos casos no supera ni los cinco.

DEFENSA DEL SECTOR

Este cambio no ha sido visto con buenos ojos por los representantes de UAGA, que asumen la posición de defensa «del pequeño fruticultor», según explicó su secretario general, José María Alcubierre, considera que con este aumento de sueldo «está en riesgo el sistema productivo de muchas familias». En los próximos días tienen previsto recurrir a la Inspección de Trabajo para solicitar un nuevo cálculo, pues consideran que existen diferentes criterios de interpretación. «No se están teniendo en cuenta nuestras alegaciones», insistió.

Los cálculos del sindicato agrario establecen la hora a 6,90 euros y reclaman que se tenga en cuenta «la flexibilidad horaria» del trabajo en el campo. «Nos encontramos ante un sector de crisis en el que el 85% de los costes se destinan a la mano de obra, por lo que cualquier incremento que se haga es como una losa que se pone en el sector de la fruta en Aragón», afirmó Alcubierre.

Los representantes de UAGA, en todo caso, siguen abiertos a sumarse al acuerdo final, pero siempre que no suponga «ir contra el modelo tradicional» al considerar que es «el único que permite mantener la vida en los pueblos». En este sentido consideraron engañoso el auge del sector, en el que cada temporada se plantan nuevos frutales, por estar basado en grandes fondos de inversión que no tienen en cuenta al productor de base.

11.000 TRABAJADORES

En el lado de los firmantes la satisfacción por el avance en el borrador es evidente. Calculan que el acuerdo afectará a 11.000 trabajadores de la provincia de Huesca. «Todos ellos verán reguladas sus condiciones de trabajo y sus salarios», indican. La mejora afectará sobre todo a población de origen extranjero y en situación de precariedad, pues son los que habitualmente conforman las cuadrillas que recogen la fruta. Esta situación es la que ha impedido en ocasiones que se unieran a la hora de exigir derechos.

El secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT, José Juan Arcéiz Arcéiz, celebró ayer el cambio de posiciones y criticó que hasta ahora en el sector de la fruta se había permitido «el fraude y la precariedad». El pasado miércoles varias decenas de temporereos se manifestaron en Fraga para evidenciar esta situación y reclamar el desbloqueo de este convenio. En el inicio de la campaña ya se convocaron marchas similares en Caspe y La Almunia, pues son los núcleos con mayor producción frutal de la comunidad.

Antes de fin de año los sindicatos tienen que cerrar también el convenio laborar para la provincia de Zaragoza.