El uso de las nuevas tecnologías, como el ordenador, está favoreciendo la aparición de nuevas patologías. Los cirujanos vasculares ya han dado la voz de alarma ante lo que denominan el síndrome del ordenador , que está disparando las complicaciones vasculares, como las trombosis venosas y las embolias pulmonares.

Miguel Angel Santos Gastón, cirujano cardiovascular y presidente de la Fundación para el Estudio y Prevención de Enfermedades de las Venas, es uno de los primeros que ha advertido de esta situación, y que incluso ha intervenido el primer caso protocolizado de trombosis poplítea-femoral de otro médico "enganchado" a las nuevas tecnologías.

"Las personas que pasan muchas horas ante el ordenador tienen un mayor riesgo de sufrir trombosis. Cada vez son más frecuentes los casos de trombosis venosa en personas apasionadas por la informática, que pasan su jornada laboral sentadas, inmóviles ante la pantalla, y por si fuera poco, después del trabajo vuelven a engancharse a la red en sus domicilios", asegura este cirujano vascular que trabaja en La MAZ.

Y es que permanecer demasiado tiempo inmóvil ante una pantalla es una cuestión que predispone a un estancamiento de la circulación de retorno, que se acentúa por el hábito de tener las piernas flexionadas cuando se permanece sentado.

"Este inmovilismo continuado, junto a otros factores como el sedentarismo, la falta de ejercicio, la obesidad o sencillamente factores genéticos de enlentecimiento de la circulación, son determinantes para la aparición de un coágulo en las venas de las extremidades inferiores con consecuencias fatales, incluso capaz de provocar una muerte súbita por una embolia pulmonar".

Los profesionales con mayor riesgo a este tipo de complicación vascular son sobre todo los que trabajan en banca, los notarios, los abogados, los asesores fiscales, los registradores, los oficinistas, los informáticos o los periodistas de redacción.

"Los principales candidatos a este síndrome suelen ser personas obesas, sedentarias, con varices y piernas hinchadas, así como las que padecen anemias, tienen insuficiencia en el retorno venoso, algunas con determinadas alteraciones genéticas y las mujeres que fuman y además toman la píldora", recordó el cirujano.

En cualquier caso, el principal factor de riesgo es el enlentecimiento venoso, por falta de ejercicio, enfermedad... y en segundo lugar, factores en la alteración de la coagulación o de tipo genético. "Si se asocian varios factores de riesgo, se aumenta la viscosidad sanguínea y nace el coágulo, directamente relacionado con la puesta en marcha de una enzima inactivada, la protombina".

Este coágulo se relega en las venas de las extremidades inferiores, flanqueado por unas válvulas, a modo de compuertas, que se mueven y sirven para bombear la sangre hacia el corazón. "El principal riesgo en estas situaciones es que el coágulo se mueva por el canal sanguíneo". advierte Santos.

CALAMBRES Generalmente, este tipo de coágulo presenta dos peculiaridades: la primera es que sea de tal magnitud que tapone todo el canal de la vena, la sangre no puede circular bien hasta el corazón. Esa vena queda obstruida y la sangre busca otras venas navegables, albergadas entre los músculos de los gemelos. "Como consecuencia de dicha obstrucción, la pierna se hincha, duele y se producen calambres".

La segunda, y la más peligrosa, es cuando el coágulo queda adherido a la vena, flotando, pero sin llegar a obstruirla, de tal manera, que la sangre circula y por tanto no aparecen síntomas. "Eso es lo preocupante, porque no se nota y este coágulo puede desprenderse entero o una buena parte, y emigrar por la vena femoral, ilíaca o cava hasta el corazón, llegar a la arteria pulmonar y provocar una embolia". Si ésta es de grado bajo, permite trasladar al afectado hasta una UCI: pero si es muy elevada, provoca muerte súbita.