El uso de internet en el teléfono móvil, con todas sus ventajas, supone también una herramienta de la que se valen los delincuentes sexuales. Si ya es difícil supervisar lo que los niños ven en la red en el ordenador de casa, el problema se multiplica cuando tienen su propia vía de acceso durante todo el día. Además, la geosocialización --las aplicaciones que permiten ver dónde se está en cada momento-- también puede servir a los pederastas para localizar a sus víctimas físicamente, llegado el momento. Por ello, conviene no permitir su uso hasta determinada edad y sobre todo mantener a los hijos informados sobre estos peligros potenciales, sin caer en el alarmismo.