Para Renfe, que cifra la media de ocupación de los trenes AVE en un 62,4% y de los Altaria en un 87,9%, la situación no es, en absoluto, dramática. "Hay oferta de sobra, porque se llena uno de cada 16 trenes, aunque es cierto que es difícil prever cuándo va a suceder", manifestó una portavoz de la compañía, que señaló que "el viajero por negocios, que es el que se está consolidando como principal usuario de la línea, suele adquirir el billete a última hora. El pasajero por ocio, en cambio, hace su reserva con mayor antelación, al tratarse de un viaje planificado".

Al igual que en el resto de productos de Grandes Líneas de la compañía, los pasajeros que se encuentran sin billete para viajar, son invitados a hacer su reserva para el siguiente tren. También ocurre "que una persona solicite un asiento en una categoría determinada, ya sea preferente o turista, y que no queden vacantes, pero siempre se les sugiere la posibilidad de viajar en otros vagones". El mismo criterio se aplica entre los departamentos para fumadores y no fumadores.

La dificultad a la hora de prever cuál será la ocupación de un tren es el principal escollo para la implantación de abonos para los usuarios. La compañía Renfe está estudiando, de todos modos, si es viable aplicar una fórmula que beneficie a los viajeros más fieles y continuos, pero se encuentra con que le es imposible conocer de antemano cuántos pasajeros transportará cada uno de los trenes.