La despoblación del medio rural ha marcado profundamente al Pirineo oscense y todo el Alto Aragón desde hace décadas. Un panorama que tiene, sin embargo, visos de cambiar. La atracción de su entorno natural y la belleza de sus paisajes, la reactivación del turismo, de una economía alternativa o, simplemente, la huida hacia un modelo de vida tranquilo está resucitando estos núcleos. Lugares distantes y aislados que han visto en las energías renovables y la innovación tecnológica una solución contra su progresivo abandono.

Aragón ha sido una de las 43 regiones que la semana pasada presentó en Florencia proyectos ligados al desarrollo sostenible y el cambio climático. En el Encore (Conferencia de las Regiones de Europa sobre Medio Ambiente), el consejero Boné detalló varios de estos trabajos sobre energía solar llevados a cabo en el Pirineo oscense.

Entre ellos, destaca el denominado como aldeas solares . Todo un reto de electrificar, mediante placas fotovoltaicas autónomas, a pueblos enteros. Desde que la asociación de Servicios Energéticos Básicos Autónomos (SEBA) iniciase en 1997 esta conexión, son ya once los núcleos que suministran dicha energía a 75 viviendas. Pero los hogares solares sobrepasan el centenar, ya que existen casas unifamiliares o proyectos desarrollados por distintos expertos.

Ascaso, Artosilla, Caneto, Escuaín, Estaronillo, Mipanas, Mirabal, Morillo de San Pietro, Pano, San Felices y Revilla son las once localidades en las que SEBA se encarga del mantenimiento del servicio y la formación y asesoramiento de los usuarios.

Aumento anual del 20%

Luis Porlan es el delegado de SEBA en Huesca a través de su empresa Energía Solar y Mecanismos Eléctricos de Control (ESME). "El crecimiento anual que está experimentando la energía solar en el Pirineo es de un 20%", afirma Porlan, quien añade que la primera dificultad para su instalación es el coste económico. De hecho, "la mayoría de los que pueden elegir prefieren la red convencional por ser más barata".

De 90.000 a 180.000 euros (15 a 30 millones de pesetas) es la inversión que estos núcleos deben realizar, calcula Porlan. Y en el caso de viviendas aisladas, el gasto oscila de 16.000 a 18.000. Para ello, existen subvenciones europeas, nacionales, de la DGA o municipales.

"Quien opte por la energía solar debe tener un comportamiento de gasto eficiente", admite este experto. Una actitud que afecta incluso a la hora de comprar los electrodomésticos. Como que la nevera sea de clase A, las bombillas de bajo consumo, la lavadora bitérmica o con dos entradas de agua --una de ellas directa de agua caliente-- o placas de cocina y caldera de gas.

SEBA persigue varios objetivos con sus proyectos. El primero es el fomento del uso de energías renovables, pero también evitar el impacto ambiental de las líneas eléctricas, racionalizar el consumo energético y dinamizar económica y socioculturalmente al núcleo.