Hay un momento en que los problemas tienen arreglo y un instante crítico en el cual ya sólo pueden resolverse por su propia implosión. Esto de la vivienda ha superado el punto de no retorno. Deberemos esperar (supongo) a que la burbuja inmobiliaria estalle, ¡pum!, o pierda gas lentamente, ¡bffff! Estamos en manos de los dioses (de la especulación).

Servidor de ustedes no sólo reconoce haber perdido un largo y accidentado pulso frente al mangoneo urbanístico, sino que confiesa no saber ya qué es peor ni mejor, bueno o malo. Hace casi quince años (época de Triviño-García Nieto) le hice asquitos a la recalificación en masa de los acampos estériles mediante un plan de actuación a la medida. Y ciertamente era un procedimiento anómalo que venía a desbordar el Plan General de la ciudad por el caprichosos artículo treinta y tres. Mas aquel apaño frustrado hubiera sido, pese a todos sus inconvenientes, muchísimo mejor que lo de después, cuando en la era Rudi-Atarés se hizo muy ceremoniosamente un PGOU para luego darle la vuelta y descojonarlo cuando ni siquiera había acabado el largo trámite administrativo previo a su entrada en vigor.

¿Qué quieren? ¿Que me cachondee del pulso que se llevan la DGA y el Ayuntamiento zaragozano (PSOE contra PSOE) a la hora de controlar suelo para VPOs? ¿Desean que les saque punta a las consecuencias inmobiliarias de dejar La Romareda donde está (con lo que por cierto estoy totalmente de acuerdo)? ¿Y por qué iban a ser dichas consecuencias peores que las derivadas del traslado del estadio y la recalificación del solar inicial?

Acepto la derrota. Confusos e hipotecados los defensores de la lógica social del urbanismo, han obtenido las fuerzas de la especulación sus últimos objetivos bisneros . Aún me leerán sin embargo oponerme a la venta de suelo público, a las operaciones encaminadas a desagregar la ciudad (¡mi ciudad!), al desmadre de las instituciones (¡no te digo, el lío con Ikea !). No vean en ello sino un último gesto de desafío, un acto estético, un ejercicio de fidelidad a las viejas ideas y a los buenos propósitos. Me voy al maquis. Ellos han ganado. Tira pues. ¡Que les den!