Los alumnos de Educación Primaria del CPI Soledad Puértolas de Zaragoza comenzarán el curso en otro centro educativo, el Valdespartera III, después de que la ampliación de las aulas no se haya llevado a cabo. En la parte donde irá el aulario provisional de Primaria (9 barracones) seguían trabajando ayer los obreros y todavía se levantan muros de contención. Según el AMPA, todavía se están dibujando las líneas por donde están metiendo las tuberías que han de dar servicio a esos barracones. «Todo ello en un solar desbrozado y nivelado la semana previa a toda prisa», detallaron a este diario. Por esta razón, el martes día 8, a partir de las 8.50 horas, las familias realizarán un acto de protesta en el entorno del colegio para denunciar la situación.

En un principio en ese espacio iban a ir solo alumnos de Primaria, pero con los desdobles para bajar las ratios ahora irán también niños de Infantil.

Muchas familias se ven afectadas con la medida, ya que deberán llevar a sus hijos de Infantil a un centro y a los de Primaria a otro. Aunque se han organizado diferentes horarios para ello: a las 8.50 y a las 9.30 horas. Sin embargo, muchos padres ya han decidido no llevar a sus hijos al colegio. Y critican que algunos serán instalados en el gimnasio, con un espacio separado con cinta de balizar.

Asimismo, denuncian que la situación se ha alargado en el tiempo, ya que desde hace meses disponen de un proyecto para construir el aulario de Primaria y su correspondiente gimnasio. «El proyecto para construir nuestro esperado aulario de Primaria tiene un plazo de ejecución estimado de 14 meses: hagan sus cuentas, son sencillas, para septiembre del 2021 tampoco tendremos a nuestros hijos en su colegio. Y todo ello es fruto de la falta de previsión y planificación de los últimos gobiernos autonómicos», denuncian.

En cuanto al gimnasio, aseguran que desde el Departamento de Educación les comunicaron que «se encuentra retenido encima de alguna mesa de la Consejería de Hacienda para que salga a licitación».

Los padres ponen de manifiesto que el dinero invertido en los barracones, -cientos de miles de euros, según apuntan-, podría haberse destinado al aulario definitivo. «Muchos de nuestros hijos no volverán el próximo martes al colegio, lo harán a un solar a medio acondicionar», lamentaban ayer los padres.