En este puzle de solidaridad que se está formando para que todos puedan poner su granito de arena ante esta situación de crisis, los agricultores no han sido menos y han salido a la calle, esta vez no para manifestarse, sino para con sus propias maquinarias ayudar a desinfectar sus pueblos y conseguir de esta manera intentar frenar al covid-19.

Es el caso de Calatorao, donde uno de sus agricultores, Alfredo Cruces, hace una semana comenzó a ver en redes sociales como agricultores de otras zonas ya habían empezado a realizar desinfecciones en sus pueblos. “Me pareció una idea interesante y se lo hice llegar al ayuntamiento para que se informara sobre qué había que echar, cómo y en qué cantidad”, explicó Cruces.

Gracias a su insistencia, al apoyo de una decena de agricultores más y al ánimo de los vecinos, el Ayuntamiento de Calatorao facilitó el hipoclorito de sodio, que “es lo que se usa, en cantidades diferentes, para potabilizar el agua de boca o desinfectar las piscinas municipales”.

De esta manera, el consistorio ya cuenta con una lista de espera y con dos turnos a la semana en horario nocturno para desinfectar las calles de esta localidad zaragozana. Cruces aportó su granito de arena el pasado viernes, junto a Javier Cásedas y Santiago García, y este martes, otros agricultores de la localidad volverán a meter sus tractores “para cumplir con el compromiso que tenemos. Los sanitarios y los cuerpos de seguridad duplican turnos y dan todo de ellos mismos, así que nosotros podemos facilitar nuestra maquinaria y nuestro tiempo e intentar que esto pase rápido”, contó. Además, el ayuntamiento ha reforzado la limpieza de las calles peatonales donde los tractores no pueden acceder en su totalidad.

En Valpalmas, un municipio de las Cinco Villas, gracias a Bardenas Comercial, quien ha facilitado al ayuntamiento las boquillas especiales para añadir a la sulfatadora, también han podido comenzar a desinfectar sus calles. Uno de los agricultores que ha comenzado con esta tarea ha sido José Arasco, un joven que, con paciencia y experiencia, ha conseguido, a pesar de las estrechas calles de la localidad, limpiar todo el suelo y hasta dos metros de las paredes de las casas. “Empezamos a hacerlo el domingo y vamos a hacerlo cada tres días, es complicado porque hay calles muy estrechas que la sulfatadora pasa a escasos dos dedos”, comentó.

Almudevar también es otra localidad que, gracias a la ayuda ofrecida por todos los agricultores, tiene todas las calles desinfectadas. Uno de los voluntarios, Iván Atares, comentó que “todos los días” se desinfectan las zonas más concurridas, así como los contenedores y las zonas de residencias. Los agricultores colaboran con los bomberos de la localidad debido a que son voluntarios bomberos. “De normal apoyamos este servicio en incendios, pero ahora la situación nos requiere desinfectando las calles”. Estos agricultores se van haciendo relevos para llegar así a toda la localidad, así como a los pueblos de colonización cercanos debido a que “son tres horas de trabajo con el atomizador y requerimos también de un coche de bomberos para avisar a los vecinos por si están en los balcones”.

Por otra parte, los cuatro sindicatos agrarios también han manifestado su compromiso con las diferentes localidades para “coordinar y gestionar” a todos los agricultores y ganaderos que “con sus sulfatadoras y atomizadores particulares” y de manera “altruista”, se han ofrecido como voluntarios para desinfectar las calles. “Zaragoza es la que más dificultad puede tener para hacer llegar esta maquinaria, pero ya han sido muchos los afiliados que se han ofrecido si el ayuntamiento o el Gobierno de Aragón requería esta ayuda”. Así lo explicó el secretario general de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), José María Alcubierre, que explicó que en estos momentos de crisis “hay que hacer piña y ayudar en todo lo que se pueda” debido a que ahora mismo la prioridad “es que, si requieren de nuestros equipos, estaremos ahí”, zanjó.