El responsable de Servicios Públicos y Personal del Ayuntamiento de Zaragoza, Alberto Cubero, hizo balance ayer del primer año de funcionamiento de la Oficina de Inspección de las contratas municipales, creada en abril del 2017. Sus resultados, según explicó, son 690 inspecciones realizadas y 24 de ellas acabaron con informe de deficiencia que fueron subsanadas.

El edil de Zaragoza en Común (ZeC) explicó que la supervisión de las contratas, la vigilancia del cumplimiento de los pliegos que regulan sus contratos, han cambiado sustancialmente. «Partimos de cero», expuso, con más de 150 contratos externalizados y solo tres inspeccionados en el 2015, que han pasado a ser 40 contratas vigiladas, con servicios en los que el consistorio gasta cada año unos 150 millones de euros, y «tres inspecciones al día».

Un trabajo «ingente» que, según Cubero, «no tiene como objetivo sancionar, sino que cumplan los pliegos sabiendo que pueden serlo». De hecho, no es competencia de esta oficina tramitar expedientes de multa a las contratas, algo que le corresponde al servicio hacer, y que también ha notado un destacable cambio: «Se han multiplicado por diez», aseveró el responsable de Servicios Públicos y Personal. «En el 2015 apenas había tres impuestas, dos en limpieza y una en parques», apuntó el edil. Ahora la cifra se ha elevado a casi una treintena: «una docena en la limpieza, siete en parques y jardines, una en la del estacionamiento regulado en la vía pública» y el resto con cuentagotas a otras empresas. Y «gran parte de ellas se han acabado pagando», apostilló.

En algo ha colaborado la labor de calle y de oficina de este servicio de inspección a las contratas que ahora vigila si se hace todo lo que se encomienda y si el personal contratado es el que prometieron con la adjudicación. Además con «un método» que evite lo que pasaba «antes», que las sanciones «acababan siendo recurridas a los tribunales y perdidas por defectos de forma».