La tarjeta ciudadana no acaba de encajar entre los zaragozanos. Tras seis años desde su puesta en marcha, solo el 30% la utiliza como método de pago del transporte público, el servicio Bizi o los centros municipales. Actualmente, 206.155 personas disponen de este credencial -de un padrón de 702.120-, apenas 5.000 más que el año pasado. Aunque la cifra es mínima, sí que se ha roto la tendencia negativa de los últimos años. En el 2015, había 244.869 usuarios y en el 2014 fueron 218.188. Lejos quedan esas cifras, como en el 2010, cuando se inscribieron en un año 100.000 personas.

Entre los principales problemas a los que se enfrenta esta tarjeta monedero, similar a la del bus urbano, es la obligatoriedad de estar empadronados, por lo que quedan excluidos un gran número de estudiantes y trabajadores que residente en la capital aragonesa. Como solución, el Ayuntamiento de Zaragoza diseñó la Tarjeta Zaragoza, nombre con el que se designa una nueva identificación anónima para llegar a todos aquellos que no figuran en el padrón y para que puedan beneficiarse de este modo de los servicios en los que no se requiere una identificación del usuario. Por ahora, se desconoce cuándo se pondrá en funcionamiento.

ADIÓS A LA TARJETA BUS

Con este título se pondrá fin a la tradicional tarjeta de bus y al procedimiento actual por el que Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA) las encarga y distribuye, cobra dos euros al usuario y, después, lo remite al consistorio. Cuando se ponga en circulación, será el propio consistorio el que se encargue directamente de este trámite y recaude, aunque sea a través de una empresa. Entre los objetivos del Gobierno de la ciudad se encuentra la tarea de romper con la brecha generacional. El mayor número de las tarjetas emitidas, 4.518 unidades, pertenecen a zaragozanos nacidos en 1.975. La década comprendida entre 1.969 y 1.978 acapara 43.189 unidades, un 20% del total. En la franja comprendida entre los 20 y los 30 años, los usuarios apenas llegan a los 23.000.

Entre las ventajas de este credencial se encuentran la posibilidad de unificar diversas tarjetas de acceso a los servicios municipales como bibliotecas, museos o instalaciones deportivas. Además, permite pagar el transporte público, los aparcamiento subterráneos de titularidad municipal y los estacionamientos regularos -zona azul y naranja-, la utilización de la red de internet pública, WIZI, o las entradas a las piscinas. En total, se puede utilizar en 18 servicios competencia del ayuntamiento.

Una de las ideas que baraja el Ayuntamiento de Zaragoza es que el uso de esta tarjeta sea obligatorio para poder formar parte de los procesos participativos de la ciudad.

Es una tarjeta monedero, similar a la del bus urbano que se puede recargar, hasta un máximo de 150 euros, en las máquinas que dispone AUZSA, en quioscos de prensa, en el Tranvia y sus paradas y en los parquímetros del Servicio ORA. No obstante, existe la modalidad pospago, ya que puede estar vinculado con una cuenta corriente.