El primer turno de huelga convocada ayer en la planta automovilística del grupo PSA en Figueruelas, a iniciativa de los sindicatos minoritarios CGT y Stopel, tuvo un seguimiento de apenas el 8% de la plantilla de este equipo de trabajo. En concreto, faltaron a sus puestos 94 empleados de un total de más de 1.000 operarios, según los datos facilitados por la empresa. CGT rehusó hacer cualquier valoración al respecto a pesar de ser el principal convocante de la protesta, impulsada para denunciar la precariedad del empleo y en defensa de las condiciones de trabajo y la conciliación.

Fuentes de las empresa consideraron que el paro fue un «fracaso» a tenor del «seguimiento mínimo» que registró. Desde la dirección de la fábrica aseguraron que la movilización no tuvo «ninguna repercusión para la actividad productiva» y que está se desarrolló «con total normalidad». La empresa anunció además que va a solicitar que la huelga sea declarada «ilegal y abusiva», ya que «pretende revocar por la vía de hecho los acuerdos del convenio colectivo pactados con la mayoría del comité de empresa». La dirección de la factoría aragonesa también agradeció a la plantilla su «presencia y ejercicio de responsabilidad».

Se trataba del primero de los tres turnos de paro convocados por CGT y Stopel, que cuentan con 10 de los 33 delegados que forman el comité de empresa de PSA en Figueruelas (UGT tiene 12; CCOO, 6; OSTA, 4; y CCP, 1). Los otros dos están previstos para el equipo de noche del día 28, y la mañana del sábado 29.

CGT guarda silencio

Estas movilizaciones no han sido secundadas por el resto de la representación sindical en la fábrica, al igual que la manifestación celebrada el pasado 16 de febrero en la plaza del Pilar de Zaragoza, que contó con la participación de dos centenares de personas y fue el preludio de los paros.

Desde UGT Aragón no dudaron en acusar de «irresponsables» a los convocantes de estas acciones, que se producen en pleno lanzamiento de la producción en serie de la versión eléctrica del Opel Corsa, que se estrenó oficialmente el pasado viernes.

Aunque CGT guardó ayer silencio por razones que se desconocen, en la jornada previa al paro emitió un comunicado para denunciar «la desinformación» trasladada por la dirección de la planta de PSA sobre el calendario de movilizaciones. El sindicato defendió que el objetivo de sus protestas es «exigir a la multinacional que acabe con el empleo precario y apueste por realizar más contratos indefinidos» y acusó a la compañía de «sacar adelante la producción de nuevos vehículos a costa de la contratación temporal».