El municipio zaragozano de Artieda, uno de los más combativos contra el recrecimiento del embalse de Yesa, aceptó ayer dialogar sobre la obra tras las elecciones generales del 14 de marzo. La localidad fue la última en sumarse a la propuesta de negociación de la DGA de la que, por el momento, sólo se ha excluido el Ministerio de Medio Ambiente, que no ha respondido a las solicitudes del Ejecutivo aragonés.

El presidente autonómico, Marcelino Iglesias, y el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, recibieron al alcalde de Artieda, Luis Solana (CHA), al presidente de su partido, Bizén Fuster, y a la portavoz de la Plataforma en Defensa del Ebro, Cristina Monge. La DGA cerró así la ronda de contactos con los afectados, tras entrevistarse con el municipio de Sigüés (cuyo núcleo inundaría Yesa), con la Asociación de Entes Locales del Pirineo y con las localidades de Ejea y Tauste (beneficiarias).

Artieda (municipio en el que se inundarían tierras de cultivo) aceptó sentarse a negociar "sin condicionantes previos" después del 14-M, igual que ha hecho el resto de afectados y todos los partidos políticos salvo el PP. Luis Solana mostró su "satisfacción" por la reunión con Iglesias y Boné, porque --indicó-- se va a abrir "un diálogo sin condiciones en el que por primera vez se va a respetar y escuchar a la montaña".

El alcalde no quiso hablar sobre la posibilidad de que el acuerdo pase por reducciones del tamaño del recrecimiento (la polémica sobre la cota máxima o media de ampliación). "No queremos hablar de cotas; son una más de las alternativas", comentó. Y señaló que hay otras opciones para cubrir las demandas.

CONVENCER De las palabras de Solana se desprendió que Artieda se sentará a negociar con la idea de que triunfarán las opciones técnicas que no exigen ninguna ampliación de la infraestructura. "Si el diálogo es serio y verdadero sobre las demandas, se verá que hay alternativas que pasan por no hacer ningún recrecimiento", afirmó el primer edil.

Este municipio impidió a principios de enero que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) iniciara las expropiaciones de suelo. Esa polémica ha concluido con este nuevo intento de diálogo impulsado por la DGA y que se canalizará después de las elecciones a través de la Fundación Ecología y Desarrollo.

El consejero Boné advirtió a la CHE y al Ministerio de Medio Ambiente que ésta es "una oportunidad que no se puede desaprovechar". A principios de mes, la DGA envió sendas cartas a la ministra, Elvira Rodríguez, pidiéndole una reunión para hablar de este proyecto. Pero todavía no ha habido respuesta.

El ministerio es el único que, por ahora, ha querido quedarse fuera de la búsqueda de un nuevo acuerdo. La CHE ha dicho que replantear Yesa supone paralizar la obra, lo que según Boné "no es cierto".