Actor

Nuestro invitado lleva 15 años con la PAI (Promotora de Acción Infantil). Es un asiduo de La Campana, que precisamente ayer celebró el Día Europeo de la Música con una manifestación, entre la que se encontraba nuestro invitado.

--El domingo actuó precisamente en La Campana, pero creo que la gente piensa que está cerrada.

--Sí, viene poca gente porque cree que el precinto es al local y no al equipo de sonido. Está habiendo actuaciones de miércoles a domingo, aunque sin sonorizar.

--Y ayer mismo desfiló con los músicos aragoneses hasta la plaza del Pilar. ¿Qué ha ocurrido aquí?

--Si no lo sabes tú... No se sabe qué intereses hay para que no haya locales con actuaciones en vivo. No hay buena voluntad para solucionar este problema. Contamos con una ley de 1977 que está obsoleta y ya es hora de adecuarla a estos tiempos.

--Debería usted crear un cuento que explicase esto.

--Sí, yo cuento muchas cosas que son surrealistas y que se basan en el juego de palabras, pero este tema no tiene ninguna gracia.

--¿Usted dónde actúa habitualmente?

--En locales como La Campana. Con la PAI hacemos animación de calle y los cuentos los mostramos en locales cerrados, desde bares hasta bibliotecas, en todas partes donde haya gente que tenga ganas de escuchar. Es una tradición juglaresca, que sólo necesita un público con orejas y mis artilugios...

--Hace malabares mientras cuenta cuentos.

--Sí, además lo que intento es que no sea un espectáculo de malabares. Es lo contrario de lo que se hace en el circo; aquí los malabares sirven para relacionarme con el público y para ilustrar lo que cuento.

--Hay una afición que crece poco a poco hacia este tipo de espectáculos basados en la palabra.

--Sin duda. Además es muy curioso porque en distintas ciudades e incluso en otros países, como en Argentina, Colombia o Puerto Rico, donde he estado, se nota que mucha gente adulta ama la palabra y se llenan auditorios de 2.000 personas. En Bogotá se congregaron 4.000 universitarios. Era una especie de feria de la palabra. Un sitio donde no se vende una gota de alcohol...

--No es lo mismo que en España.

--En Huesca, la PAI lleva dos años llevando el festival de oralidad, e intentamos buscar espacios íntimos, pequeños. Y se nota que va creciendo poco a poco, y el ayuntamiento apuesta por que sea un encuentro entre los que actúan.

--Todavía hay gente adulta que relaciona el cuento con la infancia.

--Sí, evitamos la palabra cuento porque provoca cierto rechazo. Y la palabra cuentacuentos tiene un matiz ñoño. Me gusta más cuentista.