Mario Garzón, estudiante de Arquitectura, decidió preinscribirse en el máster de Energías Renovables y Eficiencia Energética --con un coste de 2.700 euros-- ofertado por la Universidad de Zaragoza, pero no pudo. "Solo me pusieron trabas", asegura. Los problemas llegaron tras la entrega de los documentos pertinentes (DNI, título de carrera, certificado de notas o el currículo). "Me dijeron que el certificado de notas no tenía la calificación media y me pidieron que, de paso, les enviara una carta con la motivación que tengo para estudiar el máster y que adjuntara el certificado B1 de Inglés, cuando en las condiciones se dice que este idioma no es obligatorio, sino recomendable". Garzón sostiene que desde la institución se le aseguró que ese requisito se había establecido "nuevo este año".

Después de que se gestionara su expediente, "me encuentro con que de las 60 plazas ofertadas solo cubrirán 20 dejándome fuera a mí y a una decena de aspirantes más". Ante eso, Garzón cuestiona que "aunque puede ser que los conocimientos de mi carrera no estén intimísimamente relacionados, la Unión Europea dice que el 40% de la energía es gastada en edificios" por lo que "estaría bien que los que los construyen tengan estudios y soluciones para introducir en el sector".

En todo caso, censura que "me parecería lógico que tuvieran preferencias las carreras más relacionadas", pero "en ninguna condición ponía que fuera exclusivo tener ciertas titulaciones" y añade que "si es así, podían dejar inscribirse a los que de otras carreras si, como es el caso, sobran plazas".

Asimismo, Garzón lamenta que "los que nos dedicamos a estudiar o trabajar, sin ser becados, tenemos que suplicar que nos admitan en un máster que está, quieran o no, relacionado con el sector" pero, en su opinión, a la universidad "parece que le da igual el dinero" y apela a las "capacidades profesionales", pero "¿alguien que pueda estar diez años para sacarse una Ingeniería tiene más capacidades que yo?".