Eduardo Madina, candidato a la secretaría general del PSOE, llenó ayer el salón de acto de la sede de los socialistas aragoneses. Tanto como su principal rival, Pedro Sánchez. Presentó ante los suyos su programa de reformas del partido, pero también su ideario político para que su formación gane la credibilidad perdida en la calle. Empleó un tono autocrítico y sin paños calientes. Y lanzó un mensaje claro el PSOE es todavía una "esperanza posible, para imposible ya hay otros partido que han surgido a nuestra izquierda".

Mensaje directo a Podemos, que parece haberse convertido en un auténtico quebradero de cabeza en las filas socialistas. "Nosotros somos la esperanza, pero pegada a la realidad. No necesitamos utilizar eslóganes baratos", dijo. No hubo más críticas hacia la izquierda. El resto fueron para el PP y para el Gobierno de Mariano Rajoy. Aunque claro, para eso necesitan presentarse ante la sociedad como una alternativa real, pegada al socialismo, la socialdemocracia y los progresistas.

En un tono calmado, y entre los aplausos esporádicos del abarrotado auditorio, Madina fue desgranando algunos de los puntos de su ideario. Empezó por lo de casa, por cambiar de puertas para adentro, pero precisamente abriendo las ventanas. Reivindicó una participación real de la militancia. No en vano, gracias a su propuesta por primera vez se podrá votar al secretario general. Apostó por reducir los mandatos al frente del partido a dos y que cada uno solo pueda tener un cargo. También se mostró partidario de reactivar los órganos del partido y de modificar el funcionamiento de los congresos que irán de las asambleas local al ámbito federal, cuando ahora es al revés. Tampoco faltó la autocrítica: "Nos hemos aislado. Han venido a buscarnos y no nos han encontrado", dijo.

En el apartado programático dijo que entre todos deben construir las propuestas del PSOE. En su opinión es necesario reformar la constitución e incluir en ella la inversión mínima necesaria en los servicios básicos como educación y sanidad en relación con el Producto Interior Bruto. Admitió que la fiscalidad que se ha aplicado desde su partido cuando se ha gobernado no se ha hecho para las clases medias. "No ha sido lo nuestro", señaló. Por ello insistió en que es necesario perseguir a las sociedades patrimoniales, que apenas pagan impuestos, y sobre todo gravar a los que más tienen.

Desgranó otras propuestas, como realizar un estudio para analizar el sector energético español y abordar así el problema de la pobreza energética. "Debemos proponer un abaratamiento de las tarifas", anunció. También habló de invertir en el talento de los más jóvenes para que no tengan que marcharse del país y así generar empleo en el territorio, y de seguir ahondando en las libertades de las mujeres o de los homosexuales, ámbitos en los que el PP está causando grandes retrocesos.