"A vosotros os mandamos que don Juan de Egipto y los que con él irán sean dejados ir y pasar por cualquier ciudad o villa". Con estas palabras el rey Alfonso V concedía salvoconducto a los primeros gitanos a su llegada a Aragón desde la India, el 12 de enero de 1425. Con este documento, ahora recuperado, se iniciaron los 569 años de convivencia entre payos y calés que se cumplieron ayer, y a los que esta etnia rindió homenaje en el III Día de la Cultura Gitana, convertido en un escaparate para recuperar la historia de una etnia que "que no aparece en los libros".

Fue la Aljafería de Zaragoza, como estandarte de la intercultural historia de Aragón, el lugar elegido para iniciar este aniversario "que es símbolo de una convivencia pacífica que se mantuvo incluso en tiempos de los Reyes Católicos, los más duros para judíos y gitanos en la comunidad". Así lo explicó Isabel Jiménez, presidenta de la Fundación Secretariado General Gitano, que encabezó la comitiva calé que asistió a la recepción ofrecida por el presidente de las Cortes, Francisco Pina.

"Este día pretende abrir una puerta para que se conozca la cultura gitana en una fecha muy señalada para nosotros", añadió Jiménez en el inicio de las actividades, que continuaron por la tarde en la Casa de las Culturas con un festival flamenco, talleres y una muestra gastronómica calé .

"Los gitanos somos los grandes desconocidos de entre los españoles y nuestras aportaciones no han sido reconocidas", añadió Valentín Suárez, decano de la Fundación del Secretariado Gitano. "Ya la literatura del Siglo de Oro, desde Cervantes a Tirso de Molina, estaba llena de referencias al pueblo gitano. Otras influencias han pasado desapercibidas, por ejemplo, en el lenguaje payo, que usa palabras de origen calé, como chucho o chaval". Valentín resaltó que la cultura gitana "es mucho más que flamenco" y resaltó la importancia de iniciativas como la de ayer "para evitar los guetos".

´Un gitano en el cielo´

El plato fuerte de esta jornada fue la proyección del documental Ceferino Jiménez Maya: un gitano en el cielo , que repasa la trayectoria del calé más universal y el único que ha sido canonizado por la Iglesia Católica. El director de este montaje, Toño L´Hotellerie, manifestó su deseo de que este documental "restituya para la historia del pueblo gitano". Jiménez Malla, que vivió gran parte de su vida en Barbastro, fue asesinado durante la Guerra Civil, por intentar evitar que uno de sus compañeros sufriera una paliza a manos de unos soldados.