Los militares destinados en Manás (Kirguizistán) continúan confinados en la base de titularidad estadounidense después de que el oficial jefe de la misma suspendiera los permisos de salida el pasado martes. "Somos víctimas de una caza y captura de este coronel americano", denunciaron a este diario algunos de los integrantes del contingente, formado por 53 personas, en su mayoría destinadas en Zaragoza. El mando estadounidense acusó a los españoles de haber introducido alcohol en una zona prohibida.

Mientras tanto, y después de que EL PERIODICO DE ARAGON se hiciera eco del acoso al que están siendo sometidos por este oficial de EEUU, el mutismo en los estamentos oficiales ha sido total. Este diario se puso en contacto en al menos tres ocasiones con responsables del Ministerio de Defensa para recoger una valoración sobre los hechos, pero no obtuvo respuesta alguna. Igualmente, se telefoneó a la embajada de Estados Unidos en España, pero tampoco hubo explicaciones al respecto.

Tras la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de retirar las tropas de Irak, los militares españoles han sido objeto de burlas e insultos por soldados de otros ejércitos de la coalición. Durante el repliegue de Irak fueron llamados "gallinas" y recientemente cuando un equipo de paracaidistas realizaba misiones de reconocimiento en Mazar-i-Sharif recibieron insultos de británicos y canadienses.

La convivencia en la base de utilización conjunta de Manás, en la que hay efectivos americanos, holandeses y españoles, dista mucho de parecerse a la primera etapa en la que España formaba parte de la coalición antiterrorista encabezada por EEUU.

"Cuando prohíben la salida no podemos ni acercarnos al aeropuerto, que está al lado de la base. A veces nos hacen caminar un kilómetro y medio para pasar un control y desandarlo antes de salir", aseguraron algunos de los afectados.

"Este hombre (el oficial americano) está obsesionado por la seguridad y recela de nosotros porque tenemos buenas relaciones con la población civil", añadieron.

España, al igual que Holanda, paga a Estados Unidos por ocupar una pequeña parte de estas instalaciones, que se rigen por unas normas comunes. Sin embargo, el contingente español está bajo las órdenes de un comandante, que es quien debe aplicar el reglamento de las Fuerzas Armadas si tiene que corregir a uno de sus hombres.