El paso fronterizo de Somport reabrió a mediodía de ayer por fin al tráfico de vehículos después de permanecer dos días cerrado debido a las labores para extraer del fondo de un barranco, en la vertiente francesa del puerto, un camión cargado con clorito de sodio. Esta sustancia, catalogada como peligrosa, se derramó en parte y ha contaminado el río Aspe, donde han aparecido numerosos peces muertos.

Este hecho desató el enfado de los habitantes de los pueblos del valle de Aspe atravesados por la RN 134, que une el túnel internacional de Somport con la ciudad de Pau.

Durante la mañana, en torno a las 12.00 horas, un centenar de personas convocadas por las redes sociales se concentró en la rotonda de Accous y trató de cortar la circulación, lo que obligó a la actuación de los gendarmes para despejar el paso.

Los manifestantes difundieron un comunicado en el que llaman la atención sobre el «incremento» del número de camiones que pasan por la carretera RN 134 desde que empezó este año y denuncian que circulan a «una velocidad elevada», con el consiguiente riesgo para la seguridad de todos los usuarios de la vía.

Asimismo, critican que el accidente del camión que cayó a un barranco con clorito de sodio ha desencadenado un grave problema de contaminación que pone en peligro el medio ambiente a las puertas del Parque Nacional de los Pirineos.

UN FALLECIDO / En la mañana de ayer el tráfico de camiones fue intenso en el puerto de Somport tras casi 48 horas de cierre de la carretera en el lado francés. Numerosos camiones habían quedado bloqueados, en particular junto a la cara sur del túnel internacional.

En el accidente del tráiler falleció el chófer, un vecino de Jaca de 45 años que trabajaba para una empresa con sede en Sabiñánigo y que se dirigía a Alemania. Su cadáver quedó atrapado en la cabina del vehículo, que volcó, y hubo que esperar a que se izara el camión utilizando dos grúas para poder extraerlo. Estos trabajos fueron precisamente los que prolongaron el cierre del puerto.

El lugar del siniestro se encuentra en el tramo más estrecho de la tortuosa carretera que discurre por la vertiente norte del Somport, donde apenas se han realizado mejoras en los últimos 50 años. Los pueblos, en su mayoría, carecen de variantes y numerosas curvas nunca se han ensanchado.

En esas circunstancias, la llegada de más vehículos pesados con la reactivación de la economía española ha aumentado considerablemente la peligrosidad de la vía, pese a que las autoridades aragonesas y los sindicatos de camioneros no paran de pedir que se renueve la RN 134.