Las abigarradas casas de Salvatierra de Escá quedan dispuestas de forma irregular por la ladera que queda a los pies de la mole de la iglesia parroquial de San Salvador. Según indican en la comarca de la Jacetania, su arquitectura popular, montañesa y con claros resabios roncaleses, guarda numerosos referentes artísticos de interés. "Las calles empedradas, con una estética que las emparentan con el valle cercano, están declaradas Bien de Interés Cultural", recuerda la alcaldesa del municipio, Pilar Subiría. Cualquiera que descubra Salvatierra queda prendado por sus rincones y recodos.

La iglesia parroquial perteneció desde época medieval al monasterio de San Juan de la Peña y destaca por su aspecto exterior macizo y casi militar. Pero el interior sorprende al visitante. Toda la dureza de sus formas se convierten en serenidad y líneas armoniosas. El coro, el órgano y la sillería que alberga son tesoros escondidos y obras artísticas de referencia para la provincia. Restaurado recientemente con la colaboración de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), según se afirma en la guía Arte en la provincia de Zaragoza, la pieza constituye uno de los mejores ejemplos de organería barroca conservados en Aragón y se cuenta entre las piezas más destacadas de España.

Notas sacras

Ha llegado hasta nuestros días con la estructura exterior bastante bien conservada y gracias a los trabajos de mantenimiento su sonido es perfectamente disfrutable. Gracias a la colaboración de la comarca de la Jacetania se realizan en las ocasiones especiales recitales de música sacra, que son todo un acontecimiento en la zona. El último hace unas semanas, para festejar el día de San Sebastián. "Es una oportunidad de difundir este tipo de cultura musical, poco habitual. Además, su sonido es impresionante", explica la alcaldesa del municipio.

Según el servicio de cultura de la DPZ, fue construido por el organero Juan de Apecechea en 1684, aunque poco después, en 1718, sufrió una intensa remodelación. Para la alcaldesa, es muy importante que un pueblo de pequeño tamaño pueda albergar una obra de arte de estas características.

Otro santuario de gran devoción en Salvatierra es la ermita de Nuestra Señora de la Peña, famosa no tanto por sus riquezas artísticas sino por su espectacular situación en lo más alto de la abrupta montaña que le da nombre, a más de 1.200 metros de altura. Un empinado camino serpentea hasta arriba y desde allí, junto al mismo límite de Navarra, se admira una grandiosa panorámica de las estribaciones pirenaicas. Su interior solo es visitable en las romerías que se organizan, aunque merece la pena recorrer su entorno para admirar los paisajes.

En los alrededores de Salvatierra también se pueden descubrir los restos de la ermita de Nuestra Señora de Fonfría. "En la actualidad no se conserva la estructura, pero es una visita excelente para los interesados en la historia", recuerda la alcaldesa. La cueva de la Mora y la antigua serrería son otros de los enclaves que pueden atraer la atención del visitante, aunque en ambos casos es necesaria una intervención para adecuar la visita. "Si llegaran más ayudas públicas podríamos plantearnos la recuperación de bastantes restos, algo que permitiría dinamizar todavía más la proyección turística del pueblo", reconoce Zubiría.

En la actualidad Salvatierra recibe bastante turismo de fin de semana, sobre todo personas que están recorriendo el valle y que aprovechan para conocer los pueblos de los alrededores. Desde la concejalía de Cultura se han editado folletos y un libro que permiten profundizar más en la historia y la cultura del lugar, de forma que los visitantes quedan "encantados".

La población de Lorbés, actual barrio de Salvatierra, es un buen lugar para terminar la visita. Del modesto conjunto urbano destaca la iglesia parroquial de San Miguel. Hace unos meses sufrió un incendio una casa próxima que afectó a la estructura general del templo. Gracias a la DPZ ya se han iniciado los trabajos de urgencia para evitar el derrumbe. Aunque no es visitable hasta que no acaben los trabajos, todo el núcleo ofrece la posibilidad de un paseo agradable por un delicioso enclave de montaña rodeado de bosques de robles, hayas y pinos.