Todavía le queda un mes para poner rumbo a Nepal y ya siente que la experiencia «va a ser inolvidable», dice. Allí le espera la cordillera del Himalaya y el valle del Annapurna, donde la aragonesa Cecilia Bona pondrá en práctica el reto de recorrer 300 kilómetros en bicicleta a 4.000 metros de altitud. Desde allí, desde la décima montaña más alta del planeta, esta aragonesa, junto a cuatro compañeras más, enviará un mensaje de esperanza y «fuerza» a todas aquellas mujeres que estén pasando por un cáncer de mama.

«Siento respeto, pero estoy preparadísima. Físicamente me encuentro muy bien», cuenta Bona. Hace precisamente un año terminó el tratamiento de quimioterapia al que tuvo que someterse tras sufrir un cáncer de mama. «Me lo detectaron en febrero del año pasado y me pilló por sorpresa. No tengo antecedentes en la familia y siempre he llevado una vida muy sana. He hecho mucho deporte, nunca he fumado... No tenía síntomas de nada, pero estas cosas vienen así», recuerda.

Fue su marido quien le detectó el bulto en el pecho. «Es muy importante conocer nuestro cuerpo, palparnos de vez en cuando, la prevención es vital. A mí me lo cogieron muy a tiempo», incide Cecilia Bona. Los primeros meses los recuerda «duros y difíciles», porque le costó «mucho» aceptar lo que le estaba pasando. «No me lo acababa de creer. Siempre he tenido optimismo y eso me ha ayudado mucho a sobrellevarlo», dice.

La aragonesa pasó el reconocimiento médico en el hospital de día Quironsalud Zaragoza, donde los datos de la analítica, la espirometría, el electrocardiograma y la prueba de esfuerzo fueron positivos. «Cecilia se encuentra en muy buenas condiciones físicas para afrontar el reto. Su forma física es la de una persona deportista y los resultados descartan signos de enfermedad cardiaca, coronaria y fenómenos arrítmicos», asegura el doctor Javier Alameda, especialista en cardiología del centro.

VINCULADA AL DEPORTE

La actividad en el Annapurna es la tercera iniciativa que el Grupo Pelayo Vida pone en marcha. Este año se presentaron a la convocatoria más de 250 mujeres. Cecilia Bona superó con éxito en mayo del 2017, antes de someterse a la operación del tumor, las pruebas deportivas de correr y montar en bicicleta. Finalmente fue una de las cinco elegidas para disfrutar del reto.

«Me enteré a través de las redes sociales y me animé. Quería vivir el cáncer de esa manera, con ese espíritu de superación y deportivo», explica. «No me lo creía cuando el creador del reto me llamó personalmente para comunicármelo», añade.

La aragonesa, que reside en Utebo, siempre ha estado vinculada al ejercicio físico. «De pequeña hacía atletismo, después la bici siempre me ha tirado mucho y desde hace unos años formo parte de un club de triatlón», dice.

MALETA DE ILUSIÓN

Todavía desconoce el planning que llevarán en Nepal, pero de momento ella se está preparando. «Este fin de semana he entrenado en altura. Estuvimos en el Moncayo, en el castillo de Javier e hicimos varias etapas del Camino de Santiago», cuenta.

La mochila está por hacer y la equipación será muy técnica, pero hay sensaciones que ya sabe que viajarán con ella. «La maleta está cargada de ilusión, de cariño y del amor que he acumulado durante todos estos meses de mis amigos, familiares y médicos. Llevo mucha fuerza y me llevo conmigo a todas las mujeres», explica Bona. Su ejemplo de superación quiere que «quede grabado» en la sociedad. «El principio fue duro, pero lo importante es no decaer», matiza.