Antropóloga

Ella es investigadora del CNIC de Francia y se ha especializado en la cultura del noroeste del Sáhara, adonde ha viajado a menudo para investigar una cultura que luego ha desarrollado en su tesis sobre la gran tribu beduina del Sáhara Occidental y de Mauritania. Próximamente aparecerá en español su libro Los niños de las nubes , sobre su primer viaje. Estuvo en Zaragoza pronunciando una conferencia.

--Creo que fue en 1975 cuando se interesó por estos pueblos del norte de Africa. ¿Por qué?

--Porque quería hacer un test de antropología sobre las poblaciones nómadas que hablan árabe; porque la literatura que existe sobre esos pueblos es sobre todo exótica y no es estrictamente real. La literatura colonial francesa magrebí había exaltado la cultura bereber y no la árabe.

--¿Qué le llamó allí la atención en este primer viaje?

--Que yo fui a estudiar la cultura nómada mauritana y me encuentro con unos jóvenes revolucionarios del Polisario armados de kalashnikov. Yo fui en son de paz y me encontré con una guerra de liberación nacional contra el colonialismo español y una revolución contra el tribalismo.

--Y en estos 30 años ha visto cambiar y crecer a todo un pueblo.

--En 20 años no volví porque las autoridades pensaban que yo era una espía del gobierno francés. Cuando publiqué mi tesis sobre la tribu más grande y comprobaron que mi estudio era científico, me invitaron de nuevo a hacer otro trabajo en los campamentos, con plena libertad y sin ningún control. Y allí me reencontré con mi familia de adopción.

--¿Su amor por ese pueblo le ha llevado incluso a vivir un día siempre entre ellos?

--Yo les quiero, por supuesto, pero soy una científica que trabaja allí y que poseo mis propias raíces culturales. Siempre tienes que tomar esa distancia para trabajar.

--Pero un inicio científico también se ha contaminado con una afección política por su causa.

--Yo estoy afectada por todas las injusticias del mundo, por los iraquís o por cualquiera, pero da la casualidad de que tengo relación con los saharauis. Lo primero que cabe hacer es ocuparse de tu propio jardín, aunque da la casualidad de que esa gente forma parte de mi jardín...

--La mujer ha sido clave en ese pueblo. ¿Ella ha hecho su propia revolución?

--Ellas tenían que regir su pueblo en todos los sentidos mientras los hombres estaban en la guerra. Los niños iban a otros países a estudiar y al regreso enseñaban a sus madres y abuelas a leer. Eso hace evolucionar la personalidad. Las mujeres que gobiernan no son mujeres oprimidas.