Las grandes superficies comerciales aragonesas respirarán al fin aire fresco, al menos hasta que las restricciones sanitarias lo permitan. Porque el frío ya es uno más del día a día o porque la eliminación del confinamiento perimetral de las tres capitales aragonesas supone un balón de oxígeno para sus comercios, ya que una gran proporción de los clientes proceden de fuera de la ciudad, aunque ayer gran parte de los que se acercaron a comprar a Grancasa eran residentes en Zaragoza.

El 1 de noviembre fue el primer día en los comercios con las nuevas medidas sanitarias aprobadas la semana pasada por el Gobierno de Aragón y que, según manifestó el Ejecutivo autonómico, se verán modificadas de nuevo antes de la Navidad. Las capitales vuelven a estar abiertas y eso permite aliviar, temporalmente, los malos tragos de un año inolvidable. A pesar de todo, la vuelta a los centros comerciales de los foráneos de las capitales será paulatina, como escalonada está siendo la vuelta a la normalidad.

Al menos así lo reflejaba el centro comercial de Grancasa en el barrio zaragozano del Actur, donde la mayoría de sus clientes eran de la capital aunque también hubo quienes aprovecharon el primer día de desconfinamiento perimetral para acercarse a la ciudad, en vísperas de una Navidad más que atípica.

Era el caso de un matrimonio de Sobradiel que llegó hasta el complejo comercial, concretamente hasta el supermercado Hipercor, para ir abasteciendo de comida su hogar con el deseo de poder juntarse con la familia en fechas venideras. O el de Sandra, de Nuez de Ebro, que aprovechó la mañana para acercarse hasta allí y «comprar unos libros que necesitaba», expresaba esta mujer. Aunque para ella no era extraño venir a la capital porque ha tenido que estar llevando a su hijo al colegio desde septiembre.

Navidad en el horizonte

Esta época del año está muy marcada por tres campañas comerciales fundamentales en términos económicos, como el pasado Black Friday, el Cyber Monday o la campaña de Navidad. Prueba de ello fue que la gran mayoría de las bolsas que llevaban los clientes eran de tiendas de juguetes o contenían regalos en el interior. Por otro lado, la resaca del viernes negro también se dejó notar ayer, con largas filas en la oficina de Correos ubicada en el centro comercial, para recoger los paquetes adquiridos a través del comercio online.

Otras personas, residentes fuera de Zaragoza, aprovecharon ayer para acercarse a la capital a comprar los regalos para los más pequeños. «Hemos venido a adelantarnos a las compras de Navidad y no esperar a última hora», indicaban Sonia y su madre, Irene, residentes en Utebo. «En Utebo tenemos de todo, lo único que para según que cosas tienes que venir aquí. Todas estas compras allí en Utebo, no podrían ser», apostillaba Sonia.

La afluencia de público a este centro comercial del Actur no fue exagerada. Las ciudades están recién abiertas y eso pudo notarse en su primer día de más actividad. Como hasta el 30 de noviembre, la mayoría de los clientes residían en la capital. Es solo el comienzo, el primer día, porque hasta que las autoridades lo permitan, los usuarios apurarán sus compras navideñas, pero desde luego, se trata de una medida que da ese soplo de aire fresco a los comercios, vital en este momento.