La Guardia Civil de Barbastro detuvo el pasado fin de semana a un joven de Mali de 27 años por la utilización de documentos de identidad pertenecientes a otra persona, para lo que aprovechaba su parecido físico con el propietario de la misma. Las redes de falsificadores, "llegan a utilizar una misma identidad para decenas de personas", según fuentes policiales. Cada tarjeta falsificada, que facilita a los inmigrantes el acceso a puestos de trabajo, cuesta a los compradores 2.500 euros.