El pegadizo estribillo del pregonero de las fiestas del Pilar de Zaragoza, Kase.O, -«Soy de Aragón, baby»- se debatió ayer en el palacio de la Aljafería. O al menos así lo pareció a tenor de una proposición no de ley redactada por el PAR para fijar las «políticas aragonesistas» que deberían regir la vida política de la comunidad. Y en contra de lo que pasó en el balcón del ayuntamiento, la unanimidad parece lejos de alcanzarse.

La diputada María Herrero trató de resumir en siete puntos lo que desde su formación se entiende como «un aragonesismo moderno». Por eso solicitó al Gobierno de Aragón desde más insistencia en el cumplimiento del Estatuto de Autonomía hasta el impulso de «los proyectos estratégicos» o el «refuerzo» de la identidad propia.

La moción pedía también un cambio en las políticas fiscales para que «no sean perjudiciales», «apostar por la vida en el territorio garantizando la adecuada prestación de servicios mediante las comarcas» o «poner en valor» las lenguas propias. «No estamos reclamando privilegios», defendió la diputada.

Sin embargo, la propuesta únicamente consiguió suscitar las simpatías del bloque del centro derecha, con los votos de Ciudadanos y el PP, insuficientes para que fuera aprobada. El resto de grupos reprocharon a los aragonesistas que intentaran fijar «un punto de vista» concreto sobre lo que significa el sentimiento autonómico. «Para nosotros el aragonesismo es impulsar políticas públicas que fomenten la sanidad y la educación», indicó Patricia Luquin (IU). Más crítica todavía fue la portavoz de Podemos, Maru Díaz. «Estamos ante una macedonia rara», aseguró para defender que el voto conjunto de todas las medidas era imposible ya que, en su opinión, se puede ser aragonés «de muchas formas».

Desde el PSOE Darío Villagrasa calificó las siete medidas de «juicios de valor y pellizcos al Gobierno de Aragón». Además, reprochó a la diputada del PAR que no pusieran en marcha algunas de ellas en su etapa de gobierno.

En el sector coincidente, tanto Ciudadanos como el PP pidieron un «impulso» al desarrollo estatutario y un mejor análisis de la llamada «deuda histórica». El popular Miguel Ángel Lafuente consideró la lista «una propuesta de sentido común más allá del aragonesismo». Pero al final, nada. No pudo aprobarse. Posiblemente el único punto de acuerdo en este aspecto sea uno de los últimos versos del rap original de Kase.O: «El viento que sopla es el cierzo y en invierno hace frío».