Empujones en los pasillos, insultos en el recreo, amenazas por redes sociales o agresiones físicas. Contra todas estas acciones injustas de acoso escolar pelea el Departamento de Educación y la comunidad educativa aragonesa en general, que fundamentan su trabajo en una palabra: prevención. «Es la palabra clave. Potenciar y apostar por la prevención evitará estas situaciones», según dice Toni Martínez, director general de Innovación, Equidad y Participación.

Aragón fue la comunidad pionera en poner en marcha, en el 2016, el primer teléfono específico contra el acoso escolar, disponible 24 horas para los estudiantes que deseen denunciar un posible caso. Durante los dos cursos que lleva funcionando han atendido un total de 990 llamadas, de las que 175 fueron notificaciones de posible acoso.

Además de este contacto, se han creado grupos de ayudas en muchos centros educativos, así como también estrategias concretas de trabajo entre los docentes y en los propios centros, que disponen de un observatorio propio contra el acoso escolar. Educación, con el fin de «pulsar la convivencia» que hay en las aulas aragonesas, acaba de aprobar la puesta en marcha del Observatorio por la Convivencia y contra el acoso escolar, que será un órgano consultivo superior que aglutina y representa a cada colegio e instituto.

Su primera reunión se celebrará dentro de un mes y su puesta en marcha ha sido posible gracias a la aportación de más de 40 asociaciones y colectivos de la comunidad. «No solo hay gente del departamento, también expertos de la Universidad de Zaragoza, miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y profesores. En definitiva, todos los implicados en el desarrollo de la convivencia», añade Martínez.

Está previsto que en el primer encuentro se informe de las funciones del órgano consultivo y se explique el protocolo de convivencia que cada centro deberá aplicar en el caso de encontrarse ante un posible caso de acoso escolar.