Por primera vez desde hace tres años Stop Desahucios no ha logrado paralizar un desalojo en Zaragoza, concretamente en el barrio de Santa Isabel, donde una mujer de 39 años, discapacitada psíquica, ha tenido que abandonar su casa.

Varias decenas de personas de la asociación han acudido al domicilio de la mujer a primera hora de la mañana, para evitar que se produjera el desahucio, que estaba previsto a las 11.00 horas, aunque finalmente agentes de la Policía Nacional han conseguido disolver a los concentrados, tras varios forcejeos, y el cerrajero ha podido abrir la puerta.

En el interior aguardaba la mujer, Irene Gimeno, que en declaraciones previas a los medios de comunicación ha asegurado ser víctima de una estafa de unos prestamistas de capital privado y ha lamentado la actitud de la jueza del juzgado número 19 de Zaragoza que, ha dicho, "no ha atendido a razones".

Irene Gimeno, que asegura que padece una discapacidad psíquica del 34% y que no trabaja ni dispone de ningún otro ingreso, ha explicado que solicitó un crédito por 44.000 euros en un banco para pagar unas deudas, pero no se le concedió y uno de los directivos le ofreció la posibilidad de que su cuñada se lo prestara mediante un contrato privado que firmaron ante notario.

Pero, siempre según su relato, en la escritura pública figuraba que le habían prestado 60.000 euros en lugar de 44.000, lo que ha supuesto la pérdida de su casa, que tuvo que poner como aval y que en el momento de la firma del crédito estaba libre de cargas.

Ha asegurado que lleva meses intentando que se paralice el alzamiento, y hace dos semanas, después de sentirse "muy sola" y de no recibir apoyo, decidió llamar a Stop Desahucios.

Hoy, miembros de esta asociación han acudido al domicilio para evitar el desalojo, algo que por primera vez no consiguen en Zaragoza.

Concha Cano, de Stop Desahucios, ha asegurado por su parte que "hasta el último momento" habían pensado que se podría parar el alzamiento, pero los abogados de los acreedores "han dicho que no" y la jueza ha decidido que no se paralizara el desahucio "bajo ningún concepto".

Los miembros de Stop Desahucios se han parapetado delante del portal de acceso al edificio y delante de la puerta de entrada del domicilio, pero han sido desalojados por la Policía Nacional, que no ha practicado ninguna detención.

Cano ha asegurado que "sólo pedían diez días" para que Irene Gimeno "no se quedara en la calle", pero no se ha aceptado la petición y la mujer ha tenido que dejar su casa "solo con la ropa interior y cuatro camisetas".