Las carreteras aragonesas se cobraron la vida, el pasado año, de nada menos que 55 personas. Aunque es una cifra muy por debajo de años como el 2000 en el que murieron 224 personas o el 2008 con 113, la progresión a la baja que se había conseguido hasta ahora se ha truncado, ya que en el 2015 hubo un muerto menos (54), según los datos presentados ayer por la Dirección General de Tráfico (DGT). De las tres provincias aragonesas, Zaragoza es en la única que ha aumentado.

Una tendencia que también se observa a nivel nacional, ya que el 2016 se cerró con 1.160 fallecidos, un 2,6% más que el ejercicio anterior. Es por ello que el nuevo director general de la DGT, Gregorio Serrano, tuvo que admitir esta estadística durante la rueda de prensa, si bien apenas puso paños calientes a la situación, anunciando dos tipos de medidas. Por un lado, un «plan urgente contra la siniestralidad» que pondrá en marcha en el plazo de un mes y que expondrá ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados. Y en el plazo de tres meses, una «revisión profunda y amplia de toda la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020», lo que incluye una reforma de la ley de Seguridad Vial, de los reglamentos de conductores, circulación y vehículos, con una atención especial al carnet por puntos.

CIRCUNSTANCIAS

Serrano achacó estas cifras al uso del teléfono móvil; a la antigüedad del parque móvil -la media de los vehículos donde viajaban las víctimas mortales era 13,6 años, mientras que en el conjunto de los turismos implicados, de 11,9-; al uso del cinturón porque 147 de las víctimas mortales en España no lo llevaban y que tres de los menores fallecidos no iban en una sillita. Datos nacionales que el Ministerio del Interior no ofrece de forma detallada por autonomías.

La DGT sí resalta en su análisis sobre Aragón que la provincia de Zaragoza aumentaron en siete víctimas mortales más con respecto al 2015, mientras que en Huesca hubo dos menos y en Teruel el descenso fue de cuatro personas.

Del total de fallecidos, los tramos sin desdoblar de la N-232 y N-II aglutinaron siete de los siniestros mortales, convirtiéndose en las vías más peligrosas de Aragón, destacando especialmente la N-232 donde se produjeron seis de los siniestros mortales, una alta incidencia, a pesar de que han registrado tres muertes menos con respecto al 2015. Hecho que hace necesario que se cumplan las promesas que realizó el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ante el presidente Javier Lambán en materia de inversión en infraestructuras pendientes y, especialmente, con respecto a ambas carreteras nacionales.

Del total de fallecidos en Aragón, la gran mayoría eran conductores, 32; seguidos de ocho acompañantes, tres peatones, tres ciclistas y nueve motoristas.

Por comunidades autónomas, registraron incrementos la Comunidad Valenciana con 19 muertos más, Galicia con 15 más, Andalucía con 14 más, Castilla-La Mancha con 11 más, Islas Baleares con nueve más, la Región de Murcia con ocho más, Asturias con siete más, La Rioja con seis más y Extremadura con tres más.

Por el contrario se redujo en Cataluña con 23 menos, Castilla-León con 20, Cantabria con siete, la Comunidad de Madrid con seis, País Vasco con cinco, Navarra con dos y las Islas Canarias con una víctima mortal menos.