El año 2020 dejó en el alambre el mercado laboral aragonés. Los parados aumentan en un año marcado por la crisis y, además, muchos no quedaron cubiertos por la prestación de desempleo. A principios del 2020, con 67.635 parados en la comunidad se pagaban 40.286 prestaciones, lo que daba cobertura al 64,7% de los parados. En diciembre, ese número, exceptuando las de los ertes, se mantenía en cifras similares, 40.737 subsidios, pero con más de 85.000 desempleados, por lo que la tasa de cobertura real había descendido al 53%. Así lo ha hecho saber el secretario general de la UGT en Aragón, Daniel Alastuey, durante la presentación del informe Análisis del mercado laboral en Aragón en 2020.

Alastuey ha calificado de «muy malo» el año 2020, que ha estado marcado por la crisis sanitaria y sus efectos sobre la economía aragonesa, de la que todavía no se sabe hasta dónde pueden llegar sus consecuencias. También puso en contexto esta crisis del 2020 con la del 2008, y estima que se va a tardar en superarse 15 años. Además de que las cifras publicadas el martes por el Ministerio de Trabajo no fueron nada positivas, el año laboral se cebó especialmente con las mujeres, que son las que han sufrido mayor pérdida de empleo en un 2020 que se ha cerrado con 23.000 ocupados menos y 16.000 parados más, de los que «tres de cada cuatro son mujeres».

«Ha sido un año malo en general, pero peor para las mujeres. En términos de edad, los menores de 35 años han visto como dos tercios de las ocupaciones perdidas les pertenecían a ellos. La crisis ha perjudicado a las mujeres y a las mujeres jóvenes», ha recalcado Alastuey. Asimismo, otro de los aspectos que ha destacado el secretario general de la UGT es el envejecimiento del mercado de trabajo, ya que la pérdida de empleo se está registrando en la franja de trabajadores entre los 25 y los 44 años, mientras que se gana en la franja de «45 hasta 65 años o más».

Por otro lado, Alastuey también se ha referido a la aparición de los ertes como fórmulas de regulación en las empresas ante las dificultades económicas, cuya visión en el sindicato es la de apostar por «mantener vivos sus mecanismos» para que, en el futuro, no se pierda empleo, además de que en Aragón han tenido una menor incidencia. El secretario de la UGT reconocía, también, que existe el temor de que esos expedientes temporales se conviertan en eres, es decir, en despidos permanentes, pero habrá que esperar a ver cómo funcionan las ayudas del Gobierno y si éstas consiguen relanzar la actividad de las empresas.