La capital oscense culminó ayer un fin de semana de homenaje al rey Ramiro II con varios actos entre los que destacaron las 200 campanas que se hicieron sonar en la plaza de San Pedro.

Huesca se vistió con traje medieval en la primera edición del festival Huesca Leyenda Viva que culminó con un variado programa de actividades en homenaje al rey Ramiro. En la actividad Que suene la campana los vecinos podían acudir a la plaza con una campanilla para hacerla sonar y que previamente habían sido repartidas por los comercios.

Por la tarde, la celebración de las exequias de Ramiro el Monje incluyó la salida del cortejo desde la plaza de la Universidad, junto a la actuación de la coral oscense, el concierto de Vidente Stella en la plaza de San Pedro y, por último, el acto de homenaje que tuvo lugar en el claustro de San Pedro el viejo. Recreaciones, talleres, exposiciones y un mercado medieval recordaron como un pequeño reino se convirtió en la Corona de Aragón.