Aconsejan mimarlos desde los primeros años de vida, protegerlos, hidratarlos, darles masajes y llevarlos de vez en cuando a la consulta del médico. Toda la atención que les podamos dar es poca. Necesitan gozar de buena ventilación, puesto que respiran. Y muchas veces padecen en silencio. Por la descripción podría tratarse de un bebé. Pero no. Es algo más simple. Una parte del cuerpo humano: los pies.

"Todavía hay un gran vacío cultural en el cuidado de los pies pero la gente cada vez está más sensibilizada y dispuesta a acudir al experto", asegura la presidenta del Colegio de Podólogos de Aragón, Ana Maestro. Los últimos datos proporcionados por el organismo constatan que aproximadamente un 80% de la población padece algún problema de pies a lo largo de su vida. Y teniendo en cuenta que los pies realizan funciones como la de amortiguación y bombeo para el correcto retorno venoso de la sangre, la visita al podólogo es más bien aconsejable.

Pero, ¿en qué momento?. Según Maestro, " siempre que haya un problema en el pie, por pequeño e insignificante que parezca". Y cuando se acude suele haber consenso entre los diferentes diagnósticos: "La mayoría de las veces los pacientes presentan callos, durezas, problemas en las uñas u hongos. Pero cada vez realizamos más cirugía podológica", asegura la presidenta. Y en la época en la que actualmente nos encontramos no sólo se han de tomar precauciones con los rayos del sol sino también, y muy especialmente, con los hongos. Maestro insiste en que en verano encuentran "las condiciones adecuadas para crecer: humedad, calor y alimento en la queratina de la piel o en la de las uñas". Y el principal lugar de contagio: las piscinas.

Los profesionales, conscientes de la importancia de mantener sanos los pies, lanzan una serie de advertencias. "Es fundamental secarlos pasando la toalla entre los dedos y vigilar el zapato que se use, puesto que éste ha de adecuarse a las condiciones de trabajo y a las medioambientales. No es lo mismo correr que dar un paseo".

Desconocimiento

Pero todas las recomendaciones son pocas, al menos en el caso de los aragoneses. Y es que según Maestro no somos precisamente grandes usuarios del podólogo. "La falta de concienciación es evidente y no sólo entre la población sino también entre el propio colectivo sanitario. No es usual que el médico de cabecera recomiende a un paciente que visite al podólogo porque nuestro sector no está en la sanidad pública. Es un tremendo error", añade. No obstante, si en las consultas las listas de espera son más bien cortas no es porque los profesionales estén faltos de cualificación. Ni mucho menos. "La podología aragonesa presume de ser una de las más avanzadas; los expertos son buenos y con una visión de futuro esperanzadora", asegura Maestro.

Pero como en todo hay intrusos , así que el Colegio de Podólogos optó por instalar una placa oficial en las consultas de los profesionales. Y todo por el paciente. Todo para que los pies nunca dejen de ser una obra maestra de arquitectura . Con óptimos podólogos ahora sólo queda "hacer caso a los pies y olvidarnos del calzado inadecuado.". Y es que ellos también sufren las altas temperaturas.