Mariela Alejandra Benítez, madre de Naiara, la niña fallecida en Sabiñánigo (Huesca) tras recibir una brutal paliza de su tío político, asegura que todavía hoy «imagina», un año y cuatro meses después, las torturas que le fueron infligidas a su hija y sufre. «Sufro al imaginarme las torturas que recibió mi hija», dijo ayer en una comparecencia ante los medios junto a su abogado, Luis Marín, que sirvió para contestar a las acusaciones vertidas por el padre biológico de la niña, Manuel Briones, por responsabilizarle a ella también del asesinato y reprocharle haber sido una «mala madre».

Una semana después de descartar la Audiencia de Huesca de forma definitiva su imputación, instada por el representante legal de Briones, Mariela Alejandrá aseguró que ha sentido la necesidad de comparecer para defenderse ella y a su familia de las «difamaciones» oídas desde que ocurrió el crimen.

La mujer, entre lágrimas, relató que tras conocer a su actual esposo, imputado en la causa por presuntos malos tratos, decidió desplazarse a España para formalizar sus papeles, un proceso que su expareja trató de dificultar, «no sé si por odio o venganza», añadió. También recalcó que que hasta los ocho años Naiara no supo que Miguel Briones era su padre y que cuando lo supo sólo quiso contactar con él para pedirle que renunciara a ella y le permitiera ser adoptada por su actual esposo. Durante todo este tiempo, fue víctima de los insultos y amenazas de todo tipo que le comunicó Briones a través de WhatsApp, afirmó.

Ahora, un año y cuatro meses después de la muerte de su hija, Mariela dice sentirse «juzgada y rechazada» por los vecinos de Sabiñánigo.

EL PESO DE LA LEY

Respecto a su cuñado, el asesino confeso de Naiara, expresó su confianza en que «cumpla con lo que la ley diga y pague por lo que hizo y se haga justicia». «El dolor que me causó a mí no me lo va a pagar nadie, me va a quedar siempre», recalcó.

Ahora dice que trabaja «por y para» sus hijos y explicó que tanto ella como su marido llevan «fatal» la imputación judicial tanto de él como de la abuelastra porque saben «que no tiene culpa de nada». También destacó que tiene «ganas, pero también miedo», de que comience el juicio por la muerte de Naiara porque sabe que va a tener que enfrentarse «a esta cruda realidad» que lee «a través de la prensa».