El 30 de abril se cumplen diez meses desde el inicio de los trabajos en la calle Conde Aranda. Justo el plazo previsto para su ejecución, por lo que vecinos y comerciantes supervisan y observan con lupa hasta el más mínimo detalle de los últimos coletazos de las obras.

De esta escrupulosa observación han salido ya algunas críticas y comentarios. "Las palmeras quedarán muy bien en el paseo, pero el jueves por la tarde un coche ya se llevó la primera", explica María José. Sin embargo, también hay quien piensa que hubiera sido mejor plantar otro tipo de árboles, como la presidenta de la asociación de vecinos Zaragoza Antigua, María Luisa Verde, que se muestra partidaria de "plantar árboles que den más sombra".

También desde Zaragoza Antigua han llegado quejas por la escasez de pasos de peatones y por el muro que se está levantando en la plaza del Portillo y que consideran que puede ser escenario de algún "accidente infantil". A este respecto, el concejal de Grandes Proyectos e Infraestructuras, Ricardo Berdié, recordó que ahora sólo se está llevando a cabo lo que se fijó en el proyecto, que pasó por el preceptivo periodo de exposición pública y fue aprobado.

Mientras, los comerciantes también han expuesto al concejal algunas quejas que ya se están subsanando y otras que se estudiarán. De esta forma, han solicitado a Berdié la posibilidad de habilitar un carril de subida para todo tipo de vehículos por César Augusto ya que los accesos a la zona han quedado muy limitados y en la calle Madre Rafols, una de las entradas al barrio, aún tienen que empezar las obras.

Aunque la calle Conde Aranda está prácticamente acabada, el concejal de Infraestructuras aún no ha avanzado la fecha de reapertura, ya que mientras esté cerrada se facilita el tránsito de camiones y maquinaria hasta la plaza del Portillo, donde todavía queda mucho por hacer.