José Antonio Delgado, vecino de Getxo y de 50 años, fue enterrado vivo en un paraje de Pedrola tras ser torturado. Todo para conseguir sus tarjetas crédito y el vehículo Mercedes Benz 220 con el que viajó hasta Luceni. Una cita trampa llevada a cabo por Hendangelin Candy Arrieta y Mohamed Achraf. El informático vasco no fue la única víctima, aunque otros dos hombres corrieron mejor suerte y pudieron salir con vida. Estos solicitan una condena de 18 años de cárcel.

Pero no solo ellos dos se sentarán en el banquillo, sino que también lo hará un tercero, José Antonio Meléndez, a quien la Guardia Civil sitúa en el asalto a una de las víctimas y que afronta la misma pena de prisión. Junto a esta solicitud que realiza el abogado José Cabrejas, los acusados podrían tener que abonar una indemnización de 44.600 euros. Todo ello se suma a los 327.00 euros y la prisión permanente revisable que insta la abogada de la familia del fallecido, Estefanía Rojo.

La acusación relata que los procesados, junto con otra persona no identificada, formaban parte de una organización criminal con clara distribución de sus funciones. Así Hedangelina Candy se encargaría de captar a las víctimas a través de Badoo para posteriormente quedar con ellas de forma presencial, y allí junto con Mohammed, José Antonio Meléndez Fernández y la otra persona no identificada procederían de forma absolutamente violenta a maniatar y amordazar a las víctimas para proceder al robo de los mismos.

De esta forma habrían actuado el 26 de julio del 2019 cuando un vecino de La Almunia contactó con una chica llamada «Daniela Mendoza», que resultó ser Hedangeline Candy y quedaron para verse en la localidad de Gallur, mediante llamada telefónica. Se desplazó a las 22.30 horas hasta allí. Entonces, la mujer le habría dicho que tenía que ir a casa de su abuelo para recoger una chaqueta, motivo por el cual el hombre condujo su vehículo por un camino apartado hasta que llegaron a una especie de casa abandonada.

En ese momento fue atacado por los otros dos sospechosos, los cuales le sacaron del coche a la fuerza, le tiraron al suelo y le ataron con unas bridas las muñecas y los pies, atándole además con una cuerda desde las manos hasta los pies, con la intención de que no pudiera moverse. Ante estos hechos, el hombre comenzó a gritar y a pedir ayuda, momento en que lo amordazaron, amenazándolo con un cuchillo en el cuello. Asimismo le dieron varias descargas eléctricas por todo el cuerpo. Tras estos hechos lo metieron de nuevo en el vehículo, amenazándolo de nuevo con un cuchillo para que no se moviera. Luego le abandonaron sin su cartera y sin el Renault Clío en el que había viajado. Un turismo que fue desguazado.

Al día siguiente pasó lo mismo. En esa ocasión, la joven se hizo llamar «Bella». La víctima fue un vecino de Tudela. En el coche le llegaron a dar con una llave inglesa en la cabeza para noquearle, pero al no conseguirlo llegó a oír:«mata a ese hijo de puta que se escapa». Fue perseguido, capturado y torturado hasta el punto que le rompieron el peroné. A él también le robaron lo que llevaba encima, menos el coche, porque viajó en tren.