El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 18 años y tres meses de prisión para Walter Jerome Carvajal, por haber asesinado a tiros a Johannes Everandus Engel, un socio en un negocio inmobiliario en Aler, una pedanía de Benabarre.

El Alto Tribunal rechaza el recurso que su defensa había planteado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que a su vez había confirmado la de la Audiencia Provincial de Huesca.

Los hechos sucedieron en el 2003, pero múltiples avatares han hecho que la condena no haya sido firme (a expensas de un posible recurso ante el Constitucional) hasta 15 años después. Y es que Carvajal ya fue juzgado por estos hechos, y condenado a una pena similar, en el 2016. Pero precisamente el Supremo, que ahora confirma la pena, anuló aquel primer proceso por falta de motivación del veredicto. Y antes de que el juicio se fuera a repetir, en el 2008, Carvajal se dio a la fuga.

De hecho, el condenado se hizo célebre en ese periodo por mandar postales a los jueces desde el Caribe. En una carta remitida desde Isla Guadalupe explicaba a la Audiencia de Huesca que se encontraba «bien» y que regresaría cuando pudiese tener «un juicio justo».

Al final lo tuvo, pero tras ser detenido en un control aleatorio en Toulouse, en el 2016, ocho años después de su fuga y diez después de los hechos.

Según los que han quedado probados, el hombre acompañó a su socio al citado municipio, llevando una pistola para la que no tenía licencia (dos años de cárcel son por esto) y le mató por la espalda. Luego confesó los hechos y acompañó a los investigadores a encontrar las armas y el cadáver, que había llevado en el coche hasta un paraje de un pueblo cercano de Lérida, lo que le valió una rebaja de condena por atenunante de confesión.