El Tribunal Supremo ratificó ayer la condena a ocho años impuesta por la Audiencia de Huesca a un menor que, en marzo del 2016, arrolló con su vehículo a un guardia civil que se hallaba en un control de carretera y que resultó muerto como consecuencia de las lesiones. El menor se halla interno en un centro cerrado como autor de los delitos de conducción temeraria, homicidio, lesiones y conducción sin tener carnet.