El Tribunal Supremo (TS) decidirá sobre el futuro del complejo de Torre Village de Zaragoza después de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), que declaró el plan especial «nulo de pleno derecho», haya dado luz verde para que el recurso presentado por la promotora, Iberebro, se eleve al alto tribunal, que tendrá que decidir si lo admite a trámite. En cambio, ha decidido dejar en «suspensión» el que presentó el Ayuntamiento de Zaragoza a la espera de que el alto tribunal se pronuncie. Una resolución que no ha gustado a la parte demandante que ha presentado un recurso de queja al considerar que así solo se consigue dilatar en el tiempo el litigio. Mientras, Iberebro podrá seguir con sus obras como hasta ahora.

El proceso es bastante complejo. El TSJA declaró el pasado mes de febrero «nulo de pleno derecho» el plan especial que impulsó el proyecto para reconvertir la antigua fábrica de Pikolín en un outlet y que fue aprobado por el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza con los votos a favor de PSOE, PP y Cs. Los magistrados afirmaban en su texto que con el plan especial se rompía la regla de que los usos industriales fuesen mayoritarios en lugar de dejarlo de ser en favor de los comerciales, que suponen el 50% de proyecto de Torre Village. La sentencia ponía así en jaque a la promotora y fue recurrida tanto por Iberebro como por el consistorio.

PROCESO

Cada parte interesada presentó un recurso de casación con argumentos diferentes. Por un lado, el consistorio hacía referencia a la normativa autonómica, por lo que es el TSJA el que debe resolver el recurso. Por el otro, la promotora lo enfocó cuestionando que se infringían normas de carácter estatal, de ahí que tenga que ser el TS el que decida.

Al tratarse de un recurso de casación, con sus peculiaridades, es la sala de Zaragoza -que es la que dictó sentencia- la que tiene que decidir sobre «la preparación del recurso de casación contra la referida sentencia» necesaria para que el órgano competente pueda iniciar el procedimiento habitual de admitirlo o no a trámite .

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJA dictó un auto el 17 de junio por el que acordaba tener «por preparado» el recurso de Iberebro y «dejar en suspenso» el del ayuntamiento. Esgrime que lo que se «trata de dilucidar (...) es la viabilidad y los límites de la posible modificación de usos en supuestos de fijación de uso dominante en el PGOU».

Dado que ambos recursos tratan sobre el mismo asunto y teniendo en cuenta que la decisión estimatoria sobre el fondo en el recurso de casación estatal afectará a la autonómica, lo deja en suspensión a la espera de lo que decida el Supremo.

A la parte demandante no le ha gustado esta decisión al considerar que se dilatará todavía más en el tiempo el proceso judicial, explicó su abogado, Juan Carlos Jiménez, que informó de que se ha interpouesto un recurso de queja. Los propios colectivos demandantes, entre los que hay empresarios del pequeño comercio, vecinos, sindicatos y políticos, criticaron que así es posible que vuelva a repetirse la historia de Utrillas, es decir, que Iberebro termine las obras de manera que ya no haya forma de evitar la apertura de puertas.

Por otro lado, Jiménez explicó que también se ha solicitado una ejecución de la sentencia aunque es bastante complicado que se acepte.

Ni el Gobierno de la ciudad ni Iberebro quisieron opinar sobre la decisión del TSJA con la que se abre un nuevo escenario, porque ahora es el alto tribunal quien tendrá que decidir si admite a trámite el recurso de la promotora. Según fuentes jurídicas, solo en el caso de que el Supremo no lo hiciese, el TSJA reanudaría el trámite para resolver la preparación del recurso municipal.