El juicio por la muerte de Robert Racolti de un disparo en la cabeza efectuado por Francisco Canela Grima, en enero del 2016 en Ricla, podría repetirse. La decisión recae en el Tribunal Supremo, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) comunicara ayer que anula la sentencia por considerar que el veredicto no fue motivado.

Canela Grima se enfrentaba inicialmente a 25 años de cárcel por asesinato, si bien el jurado consideró que fue un homicidio imprudente y que se debían aplicar varias atenuantes: confesión, consumo de alcohol y miedo insuperable. Todo ello hizo que la Audiencia de Zaragoza le impusiera una condena de cuatro años de cárcel. Un resultado que recurrieron tanto la Fiscalía como los abogados de la acusación, Cristian Anghel y Mariano Montesinos. La defensa, ejercida por las letradas Soraya Laborda y Laura Vela, se opuso.

El TSJA señaló ayer que en el caso enjuiciado no se alcanza el mínimo de motivación exigido, puesto que el jurado se limita a enumerar de forma genérica los medios de prueba que le llevaron a ese veredicto. «Resulta necesaria una explicación, aun sucinta, de las pruebas tomadas en consideración y de las razones por las que aceptó o rechazó como hechos como probados», señala la Sala Civil y Penal del TSJA.

El tribunal resalta que la sentencia «no suple el déficit del veredicto». En primer lugar porque la de este último es «tan escasa, por no decir inexistente, que es difícil la subsanación» y, en segundo, porque «apenas se refiere a la valoración de las pruebas y, cuando lo hace, contradice el veredicto».

A esta decisión se añade la circunstancia de que Canela Grima salió hace una semana de la cárcel, ya que había cumplido la mitad de la condena ahora anulada. La familia va a pedir su reingreso de cara a un posible nuevo juicio.