--No sabía yo que también hablaba lapao...

--Yo tampoco, no sé ni qué es eso, prefiero pensar que el nombrecito de marras no cuajará.

--¿Ha notado algún tipo de mofa en su entorno laboral catalán?

--Mofa y más mofa, sin mala intención, y hay que aguantarse. Me disgusta que de repente el PP y el PAR me hayan hecho sentir desvalida, con ese menosprecio a una de las formas en que se estructura mi pensamiento. Yo soy palabra, no puedo pensar si no es con palabras, y se ha decidido que mi palabra es de segunda.

--¿A qué responde esta acción del gobierno aragonés?

--Pues a su programa electoral, y a su trayectoria ideológica. Responden a una concepción uniforme de la identidad. Lo que no se parezca a quien manda, se elimina. Amin Maalouf lo relata bien en Las identidades asesinas: denuncia las batallas contra el otro, cómo nos matamos a nosotros mismos cuando renunciamos a alguna de las identidades que nos hacen ser quienes somos. Yo soy muchas cosas, y no quiero renunciar a ninguna.

--¿No le llama la atención que en toda esta gestión haya participado la consejera Serrat, que es de Ripoll, Gerona?

--Pues no, porque hay más de un caso de auto aniquilación de la identidad, y quienes la han practicado sabrán sus motivos. A mí se me ocurre que es más fácil parecerse al que manda para mandar un poco, pero es pura especulación, no tengo el gusto de conocer a la consejera. Lo que sí me llama la atención es que sea forense, porque eso sí es una broma de mal gusto.

--Usted además ganó un premio del gobierno aragonés, de literatura aragonesa en lengua catalana.

--Sí, el Guillem Nicolau 2002. Estaba dedicado a fomentar y difundir la creación literaria en catalán de autores aragoneses. Ahora han eliminado la dotación económica

--¿Qué impresión tienen algunas gentes de la Franja, que usted haya consultado?

--Conozco personas tristes, muy tristes, y personas enfadadas. Todas comparten un sentimiento de humillación. También hay quien está satisfecho, no hay que negar evidencias. Vivimos un contexto político complejo, con una Cataluña que debate sobre su futuro y lo del lapao parecen ganas de echar más leña al fuego.

--¿Puede suscitar un enfrentamiento que no existía?

--Puede, aunque yo confío en la inteligencia de las buenas personas. Lo que ocurre es que vivimos una situación compleja, y es difícil reafirmar una identidad múltiple cuando quien manda nos quiere uniformes.