La Policía Local de Zaragoza ha sancionado con tres años de suspensión de empleo y sueldo a un agente por practicar el pluriempleo. Se trata del castigo más duro impuesto a un funcionario por una infracción no penal en la historia del Ayuntamiento de Zaragoza.

Según informaron fuentes municipales, el afectado podrá reincorporarse al Cuerpo cuando haya cumplido la medida, que es la mínima que contempla el Reglamento por la práctica de un empleo incompatible con su función de policía.

La noticia de la sanción ha caído como una losa en medios policiales, que la consideran una medida ejemplarizante y "un aviso a navegantes", ya que el implicado no es el único funcionario que práctica el pluriempleo en el Cuerpo, una situación que cada vez está menos extendida entre los agentes.

Tal como informó este periódico, el expediente disciplinario contra el agente se inició a raíz de una redada antidroga realizada por el Cuerpo Nacional de Policía en un establecimiento de la calle Predicadores. Se trataba de un after , un bar de copas que abre a partir de las seis de la mañana y que suele ser frecuentado por personas que han trasnochado en otros establecimientos nocturnos.

ACTUACION POLICIAL En la operación, desarrollada por agentes de la comisaría de distrito Centro, se identificó al policía como portero o personal de seguridad del citado establecimiento. Por otra parte, en el registro practicado en el local se encontró en una taquilla una pistola, que resultó ser el arma reglamentaria del agente afectado, desconociéndose los motivos por los que la guardaba allí.

El Reglamento del Cuerpo es muy claro respecto a las prácticas de pluriempleo y establece la sanción de tres años de suspensión de empleo y sueldo para los infractores.

No obstante, nunca anteriormente se había aplicado una medida tan drástica ni se habían perseguido estas prácticas. En este caso, el expediente se justificó en las diligencias instruidas por el citado registro y el ayuntamiento no ha podido aplicar ninguna atenuante que suavizase la sanción que se ha impuesto al agente.

Este ha contado con el apoyo tanto del colectivo policial como de los sindicatos, "por las graves consecuencias personales y profesionales que la medida puede acarrear al funcionario", pero no han podido plantear ninguna iniciativa para archivar el expediente por la contundencia que presenta el Reglamento.