Si de medir los ánimos se trata, del último debate sobre el estado de Zaragoza se puede concluir que a este ayuntamiento lo que le falta es alegría y lo que le sobra es crispación y charcos. La sonrisa de oreja a oreja de la candidata socialista a la Alcaldía en el 2019, Pilar Alegría, y la de Pedro Santisteve al recibirla contrasta con las miradas y puñaladas a cara de perro que se han regalado durante tres años y medio el alcalde y el actual portavoz del PSOE en el consistorio, Carlos Pérez Anadón. Mutuamente y en una eterna discusión sobre qué fue primero, el huevo o la gallina. La consejera de Universidad, agasajada por todos en la que será su casa en la próxima corporación (gane o pierda), hace pensar que el primer edil la espera como agua de mayo. O de diciembre, que en cuestiones de precipitaciones, el Gobierno municipal ya ha perdido el oremus.

En esta cita ha habido tensión en el pleno y fuera también, en el vestíbulo, cuando Alcaldía prohibió a la Junta de Personal, a golpe de decreto, que el pasado jueves celebrara una asamblea que previamente se había autorizado. A los sindicatos, sí, otra tormenta inesperada. Y cuando se tuvo que oir en directo que no se puede atentar contra la constitucional libertad de reunión... Otro pasito atrás, y ayer cartita pidiéndoles disculpas por ello, anunciaron.

Le falta alegría también al portavoz del PP, Jorge Azcón, que muchos murmullan que está desatado, desesperado por las últimas encuestas o porque aún no es el candidato oficial. No le salió bien ni la anécdota del debate entre los medios: el «trampantojo» de Pérez Anadón -de nuevo él, pensaría-, provocó un tuit que les abría a todos la posibilidad de canjear por un chupito la utilización de esa palabra. Eso en Twitter, donde juega en casa el conservador, es una invitación irrenunciable. Lo hizo él, Pablo Muñoz, Carmelo Asensio, Sara Fernández... Todos se apuntaron a la fiesta. Exitazo el de la periodista Ana Sánchez Borroy. Lo mejor en 15 largas horas.

Zaragoza está falta de alegría pero si el conservador Eloy Suárez es capaz de sonreír al volver, es que no hay imposibles. Su sucesor siempre tiene la sonrisa puesta, hasta con los dos sonoros zascas de Sara Fernández, la portavoz de Cs, que ha presentado sus credenciales a ser candidata en el 2019. Si es que su partido desiste de fichajes.