El pasado miércoles, Pepe Romeo, responsable de la Alta Taberna Peccato, invitó a amigos y clientes a degustar la nueva carta de raciones y tapas para este mes tan prolijo en celebraciones, un diciembre que viene cargado de encuentros con familias, camaradas de empresa, o escapadas en torno a una buena barra.

Pepe, anfitrión y referente desde hace años de muchas de las más recordadas citas gastronómicas de la tierra (no en vano, en su pasado hostelero caben honores como los de servir a dos reyes de España) volvió a sorprender. Era tarde de partido del CAI, y tras asistir a la victoria de nuestros gigantes rojillos, cinco componentes de la joven guardia del Real Zaragoza se mezclaron con los asistentes.

Javi Álamo, como buen capitán zaragocista, arropó a sus compañeros Ruiz de Galarreta, Dorca, Rico y Borja, quienes, relajados y felices contaban mil y una anécdotas del partido de sus compañeros del CAI. Pepe --con Jesús Forcada, su jefe de barra-- comenzó a desfilar las suculentas propuestas que el chef del Peccato, Mauricio Estévez, había preparado. Los langostinos a la parrilla con espuma de wasabi fueron los preferidos del capitán blanquillo que, como aguerrido canario, apreció ese suave toque exótico y picante. Los ojillos pícaros de Ruiz de Galarreta se posaban en un plato guiño de su tierra vasca: el bacalao confitado al pil pil de setas. Rico, el burgalés, y Borja --con Mar, su estupenda madre-- disfrutaban con los solomillitos albardados en panceta ibérica con salsa de trufa. Dorca, quizá por su pasado en el Racing, estaba como loco con el pulpo a la brasa con ladrillitos de Parmentier (recordando, quizás el restaurante santanderino del padre de Iván de la Peña, el mítico Las Peñucas).

No acabaron ahí las sorpresas. Sergio Sanz, hijo de los propietarios del Peccato, obsequió a los asistentes con la puesta de largo de una refrescante tónica producida y distribuida desde Zaragoza para el mundo. Decidida apuesta por una indian tonic con acento maño, también como alternativa digestiva a las aguas con gas en las comidas.

No cabe duda de que Pepe Romeo volvió a sorprender. Tras terminar su habitual tertulia radiofónica de Zara Rosa junto a la modelo Marta Peña, salió veloz a preparar una noche de tapas y raciones a la altura de su simpatía y profesionalidad... Una fiesta de pecado.