El Patronato de la Fundación Tarazona Monumental (FTM) aprobó ayer sus cuentas y la memoria de actividades del 2018, un ejercicio que ha resultado satisfactorio para la entidad. Así se puso de manifiesto en la reunión que se mantuvo en Zaragoza.

En este encuentro, los participantes aprovecharon para estudiar la evolución del ente, positiva también, puesto que consideraron que ha sabido adaptarse a las diferentes circunstancias y contextos socioeconómicos y ha priorizado en cada momento los proyectos que más beneficiaban a las necesidades del patrimonio y a los intereses de los ciudadanos.

Además del consejero, la cita contó con la participación del presidente de la fundación, Luis José Arrechea; su gerente, Julio Zaldívar, las concejalas turiasonenses Waldesca Navarro y Noemí Velilla; el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández o el vicepresidente primero de la Diputación de Zaragoza, Martín Llanas, entre otros.

El presupuesto del 2018 fue de 807.709,51 euros, de los que la mitad se destinó a inversiones en materia de rehabilitación y acondicionamiento en el exconvento de San Joaquín, la Catedral de Santa María de la Huerta y la iglesia de Santa María Magdalena, como también a la restauración, con ocho intervenciones sobre bienes muebles. En total, 2.795 personas participaron en su Plan de Educación Patrimonial.