El taxista que desapareció cuando hacía un servicio al Pirineo regresó ayer a su casa de la capital aragonesa. El joven de 38 años lo hizo después de estar tres días sin dar señales de vida.

Este hombre, que trabaja de asalariado para un taxista, se presentó en el domicilio de la calle Mariano Nipho, en el barrio zaragozano de Oliver, en el que vive junto a su esposa, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía en Aragón.

Las causas que motivaron que nada se supiera de Jesús David Espinosa todavía se desconocen, ya que desde este organismo señalan que han sido "por motivos personales". El caso estaba siendo investigado por la Brigada de Homicidios, que es la que se hace cargo de estos casos, por lo que en las próximas horas tendrá que declarar sobre ello.

Desde la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza, su presidente Mariano Morón, mostraron su satisfacción. "Llamó la esposa del taxista para comunicar que había regresado a Zaragoza conduciendo su propio vehículo, sano y salvo", apostilló, mientras decía que el dueño del taxi también fue uno de los primeros en saberlo.

Al parecer, según fuentes consultadas, el taxista decidió permanecer en el Pirineo y realizó una llamada a su madre el lunes por la noche advirtiéndole de que "estaba cansado y de que se quedaría a dormir en la zona".

Sin embargo, su padre fue la persona que interpuso la denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía porque "no sabía nada de su hijo después de que su móvil diera apagado".

Tanto Policía como la Guardia Civil estaban trabajando, después de descartar que hubiera sido víctima de un accidente de tráfico. Este hombre tiene migrañas, por lo que pensaban que podía haber sufrido alguna crisis.